Llega septiembre y con ello la vuelta a la realidad: los niños regresan al colegio, los jóvenes estudiantes a la universidad y los adultos al trabajo. Aproximadamente un tercio de la población cordobesa experimenta el conocido síndrome postvacacional al volver a su rutina laboral e incluso los colegiales pueden llegar a experimentarlo. Los principales síntomas son ansiedad, estrés, apatía, falta de motivación, irritabilidad o insomnio, entre otras. Según Antonio Agraz, psicólogo y presidente de la delegación cordobesa del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental, «este síndrome no se puede considerar una enfermedad, ya que se trata de un estado transitorio. Lo normal es que desaparezca cuando nos habituamos al nuevo ritmo de vida. Este síndrome se da en personas de entre seis y 45 años de edad y que quieren vivir en unas vacaciones eternas, que es cuando se encuentran bien. Los niños suelen manifestarse tristes o mostrar fatiga, para ello existe la adecuación progresiva al espacio escolar. El factor de que sufran bullying también puede influir negativamente».

En la mayoría de las ocasiones, no es necesaria la intervención profesional. Las personas se adapta poco a poco a la que era su vida antes del periodo de descanso y el problema no suele llegar a más. La terapia psicológica se recomienda en los casos que cursan mayor gravedad.