El presidente de Córdoba Ecuestre, Rafael Blanco, defiende las obras que se han hecho en Caballerizas, «siempre respetando la normativa» y con el marchamo del arquitecto Rafael García Obrero, desde los cuartos de baño, hasta la instalación de las gradas para ver el espectáculo, pasando por la adecuación de un espacio como snack-bar o la colocación de una puerta. Blanco reconoce que «las pequeñas obras de mantenimiento» se han hecho sin permiso de Urbanismo, pero siempre con cierto consentimiento de la administración local. «La prueba es que llevan años y nadie las había criticado, al contrario», afirma la cara visible de la asociación ecuestre.

Como ejemplo pone la adaptación de una puerta, que estaba cegada con ladrillo, por la normativa de espectáculos, que obliga a tener al menos una salida de emergencia, además de la puerta de entrada. Respecto al bar, Blanco dice que «no es un espacio abierto al público para la restauración», sino que se han acondicionado unas zonas «para ofrecer un refresco a quienes vienen a ver el espectáculo». Estos espacios tienen «al menos dos años» y por ellos, insisten desde Córdoba Ecuestre, han pasado todos los políticos de los últimos tiempos. «No sé dónde está ahora el problema. No tenemos ningún bar abierto al público, lo que hay es un servicio de bebidas para el espectáculo».

Fuentes de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía confirman que, para acometer estas obras, Urbanismo no les ha solicitado ningún permiso en los últimos años. De haber sido así, por el hecho de ser Caballerizas un edificio protegido, tendría que haberse reunido la Comisión de Patrimonio.