La reforma de la antigua Magisterio, un edificio llamado a convertirse en centro de producción e iniciativas, ha sido un buen dolor de muelas para los tres últimos responsables de Urbanismo de Córdoba. Las obras empezaron en enero del 2014 y debían haber finalizado en abril del 2015. Sin embargo quedaron paradas durante más de medio año, lo que obligó al PP, entonces en el gobierno, a reprogramar las actuaciones (para marzo del 2017) y terminarlas de pagar con dinero municipal. Del coste total (5,2 millones), 1,5 millones se financiaban con el Urban Sur y 3,7 millones aportaba el Ayuntamiento tras la reprogramación. Los trabajos se reanudaron por orden judicial y siguieron su curso hasta su última fase, cuando surgieron de nuevo desavenencias entre la adjudicataria y Urbanismo. A pesar de las negociaciones del anterior equipo de gobierno de PSOE e IU, las diferencias siguieron y, en diciembre del 2018, el consejo rector acordó iniciar el expediente de resolución del contrato y acudir al Consultivo. Se hizo un informe que llegó a cifrar en 668.826 euros los daños y perjuicios causados por la adjudicataria desde que la obra quedó paralizada. Ni siquiera la sentencia del TSJA de marzo, que daba la razón a Urbanismo por un modificado de proyecto que se remonta al comienzo de la reforma, ayudó a reiniciarla.