La Red de Juderías de España, que integra localidades andaluzas de Jaén y Córdoba, ha presentado hoy su oferta turística para 2018 en Barcelona, ciudad que forma parte de la asociación y que cuenta con un amplio legado sefardí, según informa Efe. La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, ha participado en este encuentro.

El presidente de la entidad, Koldo Leoz, ha dado a conocer las propuestas para conocer y comprender a un pueblo que ha ejercido una gran influencia en la historia de España a través de iniciativas como Descubridores de Sefarad, que anima a los viajeros a conocer las 18 ciudades que integran la asociación.

En Andalucía, la presencia judía se remonta al siglo VII en Jaén, donde destaca la capilla de San Andrés, y hay también vestigios en otras localidades como Córdoba o Lucena.

La historia sefardí lleva al viajero hasta municipios del norte de España como Ribadavia (Galicia), Monforte de Lemos (Galicia), León y Oviedo, pero también hasta Navarra y La Rioja, donde se encuentran las juderías de Calahorra, Estella-Lizarra, Tudela y Tarazona.

En Barcelona, gran parte de la memoria sefardí está recogida en el museo Muhba El Call, ubicado en un edificio de origen medieval que se cree que fue propiedad de un comerciante judío de la Edad Media y donde se exponen diferentes piezas de cerámica, vidrio y orfebrería.

Los judíos dejaron también un importante legado en otras comunidades como Extremadura y las dos Castillas, con juderías de obligada visita como las de Segovia, Ávila y Toledo.

La Red de Juderías de España, Caminos de Sefarad es una asociación constituida por municipios que cuentan, en sus conjuntos medievales, con un patrimonio arquitectónico, histórico, medioambiental y cultural, herencia de las comunidades judías que los habitaron.

Desde hace veinte años, Ávila, Barcelona, Cáceres, Calahorra (La Rioja), Córdoba, Estella-Lizarra (Navarra), Hervás (Cáceres), Jaén, León, Lucena (Córdoba), Monforte de Lemos (Lugo), Palma de Mallorca, Plasencia (Cáceres), Ribadavia (Orense), Segovia, Tarazona (Zaragoza), Toledo y Tudela (Navarra) vienen recuperando sus juderías, invirtiendo tiempo y recursos en la rehabilitación de casas, calles, palacios y otros edificios que permitan recuperar el conocimiento de la vida de las familias judías que vivieron aquí.