Fepamic encontró a Sara Rodríguez, natural de Cáceres y cordobesa por amor y trabajo, estudiando en la ahora Universidad Loyola cuando la federación buscaba un perfil de estudios económicos como el suyo. La presidenta de esta entidad empezó en el departamento de contabilidad, fue la directora de la residencia y también vicepresidenta. «A pesar de mi discapacidad (de tipo auditivo) no conocía el mundo asociativo y pensé que no iba a encajar, pero Fepamic se fue adueñando de mí y recibo lecciones de vida cada día», resalta.