Han comenzado de manera oficial las rebajas, aunque con diferentes resultados según se trate de grandes tiendas y superficies o comercio de cercanía. En casi todos los escaparates hay carteles de rebajas, la mayoría con fondo rojo llamativo y texto en blanco, destacando los que solo indican «rebajas» y no informan sobre el descuento, y otros entre los que destacan los descuentos del 50%, algunos del 40% o 30%, y los menos, el 60%. Y entre tanto cartel de rebajas, es posible encontrar también alguno que indica «ofertas».

En los grandes establecimientos, como El Corte Inglés, comenzaron las rebajas el viernes 28 de junio, con unos resultados calificados de «buenos», según el responsable de relaciones externas de la entidad, Daniel García-Ibarrola, gracias al «esfuerzo de llegar al 50%» en los descuentos, incluso en ventas online. Pero la filosofía de las rebajas está cambiando, desapareciendo la afluencia masiva del primer día, al prolongarse el período de la campaña (hasta el 31 de agosto), tiempo suficiente para programar las compras, e incidiendo también las ofertas que durante todo el año se realizan.

En el mismo sentido se manifestó Ana Belén Morales, responsable de tienda de Mango, que adelantaron las rebajas de verano al pasado día 21 de junio, con la misma calificación que García-Ibarrola, «van bien», aunque no igual que la comparativa sobre el 1 de julio del pasado año. Morales espera que las ventas continúen en la misma línea, principalmente de lunes a jueves, bajando el fin de semana. Aunque también indica que las colas del 1 de julio no son solo ventas, algunos compradores la guardan para devolver artículos.

El comercio de cercanía tiene otra visión de la campaña. Para Pedro Jiménez, se afronta con «dificultad y pocas expectativas», lo que conlleva que sea «una campaña mala». Jiménez se queja de que no hay «una campaña real», pues todo el año se llevan a cabo ofertas con descuentos, que «no corresponden con el valor de las prendas». Según Jiménez, el comercio tradicional no puede soportar el 50% de descuento, solicitando una ley de rebajas para que todos los establecimientos cumplan los períodos indicados. De hecho, no tiene rebajas, sino ofertas, por lo que no existe para él la obligación de marcar las prendas, separarlas del resto o poner un precio nuevo.