El sector textil espera obtener una facturación entre un 20% y un 25% inferior a la del año pasado en rebajas, pero lograr aliviar parte de la caída de ventas de esta primavera con la gestión del stock y los canales on line. Después de unos meses muy complicados para los comercios y las tiendas de ropa, serán éstas las primeras rebajas de la era del coronavirus: adelantadas en esta ocasión unos días al tradicional inicio del 1 de julio y con descuentos muy agresivos desde el primer momento para enganchar al consumidor antes de que se vaya --si se va-- de vacaciones. Ayer mismo ya había productos rebajados hasta el 70% en muchos establecimientos de Córdoba.

Los grandes grupos textiles, como Inditex o El Corte Inglés, inauguraron ayer esta campaña, que se caracterizará por la distancia social (menos visible en las colas para pagar y en las colas para los probadores, que no todos se desinfectan cada vez que sale un cliente) y por el dispendio de gel hidroalcohólico, que en algunos sitios como El Corte Inglés te lo pone un empleado a la entrada. En un comunicado, esta empresa explicó ayer que ha adelantado las rebajas, en primer lugar, «para que los clientes puedan realizar sus compras de forma sosegada, sin aglomeraciones y con un mayor espacio disponible en tienda», y por otro lado, «se pretende que los clientes puedan anticipar sus compras y equiparse completamente para este verano, antes de que empiecen las vacaciones».

Un mujer se limpia las manos con gel hidroalcohólico antes de entrar en una tienda - FOTO: A. J. GONZÁLEZ

Los consumidores cordobeses se lanzaron con ánimo contenido a las rebajas y los que pueden, dispuestos a gastar parte del dinero ahorrado en el confinamiento. «Ganas hay, dinero menos», resumía Ana, una cordobesa joven a las puertas de Zara, uno de los establecimientos por el que más gente pasó ayer (su aforo permitido es de 486 personas) y con un amplísimo stock donde elegir. «Veo mucho producto de otras temporadas», confirmaba Rafael, que esperará al sábado para comprar «camisetas» en su tienda preferida, Silbon.

Otros consumidores, como Anabel, explican que no irán a las rebajas «no por el coronavirus, si no porque nunca me han gustado ni las colas ni el calor». Y otros, en cambio, como Carmen reconocen que lo que les echa para atrás este año es el miedo al contagio y a la aglomeración.

El sector del comercio asume que la situación económica puede agravarse en los próximos meses y baraja que después del verano se vuelva al ahorro, por eso la intención es sacar el máximo rendimiento a estas semanas. En general, el pequeño comercio --que pide que se regulen de nuevo las campañas-- se resiste más a colocar las rebajas como tales y apuesta por los descuentos que lleva ofreciendo desde el inicio de la desescalada. La responsable de Heynikki, en la calle Barqueros, explica que no pondrá aún descuentos, porque todo lo que tiene en su tienda es de temporada y acaba de llegar.