Cisco García, quinto en el escalafón español de tenis en silla, relata en un libro cómo la "absoluta quiebra de expectativas" que supuso la lesión que le dejó sin movilidad de cintura para abajo no le impidió rehacer su vida al coger "toda esa rabia y esa ira" y cambiarla "por esperanza y ganas".

Este abogado, que a punto de cumplir los 34 años sufrió un accidente cuando practicaba snowboard en Mayrhofen (Austria), habla en 'Irrompible. El arte de levantarse siempre una vez más' (Alienta Editorial, 2020) "de lo que me parece importante para enfrentar la vida, tanto lo bueno como lo malo que nos ocurre".

"Me destrozó todo, nunca creía que iba a estar en silla, pasas unos meses malos, de subidas y bajadas mentales hasta que decides aceptar la situación y tirar para adelante con lo que tienes", confiesa en una conversación con Efe tras finalizar su entrenamiento diario en pista.

La lesión no le cambió la forma de ver la vida, en la que hacía muchas cosas, "con muchas ganas de ir a mil sitios", aunque para volver a esa situación tuvo que decir "se acabó, se acabó comparar con antes y vamos a mirar hacia delante y vamos a ver todo lo que podemos hacer".

Ahora reconoce que entonces tuvo "una absoluta quiebra de expectativas, trabajaba en un despacho de abogados, me iba bastante bien, tenía a mi novia, estábamos muy enamorados, viajaba mucho, hacía mucho deporte, tenía la vida idílica que yo quería".

Tras la lesión regresó a la abogacía, especialmente volcado en la bolsa de clientes británicos que gestiona el despacho fundado por su padre, el letrado cordobés Enrique García Montoya, una cartera que estuvo "aguantando como pude" compatibilizándola con el tenis, las conferencias y su presencia en Instagram, donde es una referencia para seguidores y marcas.

Ahora es su hermana Ángela la que se ha hecho cargo de esta cartera, excepto de dos o tres clientes que sigue atendiendo, lo que le ocupa dos o tres horas semanales, menos de las que entrena en un solo día, que son cuatro, dos y media en pista y una y media en gimnasio.

Entrenamiento

La tierra batida del Open Arena de Córdoba está muy húmeda por la lluvia y las ruedas de la silla en las que se desenvuelve Cisco se agarran más de lo habitual. AJ, su entrenador, le va lanzando bolas para que deambule en el fondo de la pista, indicaciones y sutiles expresiones de ánimo, forzando cada vez más para obligarle a llegar más lejos hasta que logra el golpe que va buscando.

Cisco García, más allá del resto del trabajo de abogado que le queda en el despacho, vive de la publicidad, fruto de su notoriedad en Instagram (@ciscogarve), donde tiene 264.000 seguidores y donde presenta su faceta familiar, redoblada desde hace ocho meses con el nacimiento de su hijo Gonzalo, al que dejó en manos de su esposa Raquel Rostro, "mi novia de siempre", cuando el pasado martes presentó en un directo desde su domicilio el libro, que a las pocas horas ya había superado las 40.000 reproducciones y que crece a razón de 10.000 visualizaciones diarias.

Un bebé que "ahora me da la vida y me la quita, a la par" porque, a las satisfacciones de haber sido padre, se unen las obligaciones que comparte con su esposa, médico en el hospital público de Córdoba y otra influente en Instagram con 110.000 fans (@raquelrosgal).

Las mañanas las dedica a entrenar y las tardes a su faceta de influente, actividad, precisamente, de la que surgió el libro, al recibir muchas preguntas sobre "cómo hacía para vivir tan alegre, tan fuerte, con tanta energía", lo que consigue a través de "muchas herramientas mentales que utilizo, muchas armas que he ido adquiriendo, que no las podía contar en un mensaje, necesitaba un libro", del que Aliente Editorial, una marca de Planeta, ha encargado ya la segunda edición.