Rabanales 21 ha iniciado los trámites para declararse en concurso voluntario de acreedores mientras sigue con su actividad. La declaración en concurso de acreedores se verá afectada por la suspensión de plazos vigentes con motivo del estado de alarma, por lo que se retrasará, dando un respiro a la sociedad que gestiona el parque científico y tecnológico. Después de que el consejo de administración decidiera el lunes acogerse al concurso ante la deuda que arrastra (al no haber prosperado ninguna de las alternativas que había sobre la mesa), Rabanales 21 ha contactado con las empresas que están instaladas en el parque para tranquilizarlas y garantizarles que seguirá atendiéndolas.

La directora general de Rabanales 21, Eva Pozo, ha explicado a este periódico que ahora mismo hay dos líneas de trabajo. Por un lado, «como entidad gestora vamos a seguir volcados en atender a las empresas en la medida de nuestras posibilidades», ya que el estado de alarma «paraliza mucho las cosas» al no poderse celebrar encuentros ni jornadas, que Rabanales 21 «intenta suplir de otra manera», ofreciendo información sobre las medidas que se están tomando y sobre las ayudas, y colaborando en la tramitación. Por otro lado, y según indica Pozo, se lleva a cabo el trabajo de preparación del concurso de acreedores para su presentación.

La directora general de Rabanales 21 asegura que ya se están dando los pasos necesarios para ir preparando el concurso «pero la herramienta para presentarlo está deshabilitada», por lo que «en el momento en que se pueda, se presentará» y, mientras tanto, «se trabajará en su preparación». No obstante, asegura que, cuando todo vuelva a la normalidad, al ser un concurso voluntario, tendrá prioridad.

La sociedad que gestiona Rabanales 21 envió un correo electrónico a las empresas instaladas en el parque para explicarles que con el concurso de acreedores se pretende «viabilizar el proyecto y vertebrarlo mejor», y para anunciarles que «seguimos en pleno funcionamiento atendiéndolas», señala Pozo. A pesar del estado de alarma, el parque continúa abierto, ya que hay empresas que siguen trabajando allí y necesitan las instalaciones, entre ellas, Canvax, que ocupa uno de los tres edificios de Rabanales 21. En los otros dos se han quedado trabajando una empresa en uno y más de media decena en otro.

Según un administrador concursal consultado por este periódico, se abren dos escenarios durante el estado de alarma, ya que, por un lado, no hay obligación de presentar concursos, y, por otro, se pueden solicitar.

El decreto del 18 de marzo señala que mientras dure el estado de alarma «el deudor que se encuentre en estado de insolvencia no tendrá el deber de solicitar la declaración de concurso» y que los voluntarios tendrán preferencia a los necesarios (los que piden los acreedores) a la hora de su admisión a trámite. Sin embargo, al decreto se suman las determinaciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que acordó suspender la presentación de escritos procesales de forma presencial y limitarlos a su tramitación por el sistema Lexnet, pero solo los urgentes e inaplazables. También decidió suspender los plazos para la presentación de los concursos.

SUSPENSIÓN DE PLAZOS / El decano del Colegio de Abogados de Córdoba, José Luis Garrido, explica que «no se puede presentar nada, solo escritos que sean urgentes, que han sido especialmente tasados por el CGPJ, y no demandas» y «el concurso comienza con una demanda judicial, con la especialidad de los juzgados de lo mercantil, pero es de jurisdicción civil, que está cerrada ahora mismo y solo hay causas muy concretas». Por ello, aunque Rabanales 21 «quisiera, no se pueden presentar, Lexnet no admite escritos que no sean los tasados por el CGPJ». El sistema, además, «ha estado colapsado por la avalancha de escritos de los primeros días». Por todo ello, añade, durante el estado de alarma, al estar «suspendidos todos los plazos de la jurisdición civil», no corre ninguno, «ni de prescripción ni de caducidad». Según Garrido, aunque Rabanales 21 lograra presentar la demanda, «no sería ni siquiera tramitada hasta que no termine el estado de alarma».

Garrido explica que los administradores de una empresa tienen tres meses desde que dectectan la situación de insolvencia para presentar concurso y no incurrir en responsabilidad, pero, en el caso de Rabanales 21, «como ahora mismo el plazo no está corriendo porque no le pueden admitir el concurso, no tienen ningún problema».