El 24 de septiembre del 2014 nació la marca Ganemos Córdoba, después de un intenso proceso de debate y reflexión de la llamada Asamblea Ciudadana de Córdoba, y aún con la incógnita de si se presentarían o no a las municipales del 2015 (despejarían la duda apenas un mes después en una asamblea celebrada en la Facultad de Ciencias del Trabajo). La formación, que hundía sus raíces en el Frente Cívico Somos Mayoría de Julio Anguita, logró el respaldo de partidos como Podemos y Equo, que no concurrieron individualmente a los comicios, para dar el salto definitivo y pelear en unas elecciones con la fórmula de la agrupación de electores que avalaron más de 5.000 firmas de toda Córdoba.

Los resultados de las urnas fueron todo un triunfo para una formación neófita --lograron 18.460 votos, superando a IU, que obtuvo 17.670--, que supo capitalizar el empuje de Podemos y la ilusión de quienes vieron a esta formación como la que haría posible, tal y como rezaba su documento fundacional, «ganar Córdoba para las personas, la democracia, para un desarrollo local justo y sostenible y para lograr una gestión municipal transparente».

Ahora, algo más de tres años y muchos episodios exógenos y endógenos después (apoyaron al gobierno municipal de PSOE e IU pero decidieron no entrar a gobernar; dimitió uno de sus concejales más emblemáticos, Alberto de los Ríos, e incluso la dirección orgánica en pleno por desavenencias internas), el espacio político ha decidido iniciar un debate ciudadano «totalmente abierto» sobre el trabajo que están desarrollando en las instituciones sus cuatro concejales y plantear cuál debe ser su papel en el futuro. Para ello, además de abrir su web a la reflexión en un debate online que se inició en primavera, han programado dos jornadas de trabajo hoy, de 17.00 a 21.00 horas, y el lunes próximo en el centro cívico de la Fuensanta. Ganemos, en la encrucijada y ¿A partir de ahora qué? dan nombre a estos encuentros para los que la organización ha enviado comunicaciones a sus 2.000 adheridos, informa Salustiano Luque, aunque no se ha invitado a ningún partido como tal. «Queremos saber qué papel estamos jugando o qué utilidad tienen las políticas que impulsamos. No somos profesionales de la política y ninguno hemos pensado dedicarnos a esto siempre», comenta el coportavoz de Ganemos para quien, sin embargo, el trabajo que se está haciendo es «importante» y «debería seguir consolidándose».

Es evidente y hasta cierto punto lógico que la formación haya ido perdiendo empuje social por el desgaste propio de la acción política (no hay nada más que ver el número de asistentes que tienen ahora las asambleas y los que asistían allá por el 2014), y hay quienes incluso ven ya amortizada la marca. Será decisivo, obviamente, el papel que decida jugar Podemos de cara a las municipales del 2019, aunque a su vez dicho papel dependerá de decisiones que trasciendan el ámbito local (si finalmente la confluencia con IU se fragua en un pacto a nivel nacional o no). En cualquier caso, como ellos mismos anuncian, Ganemos está en medio de una encrucijada que solo ellos pueden aclarar: seguir, mutar o desaparecer. La asamblea, como siempre, tendrá la última palabra.