El 85% de los pacientes que sufren cáncer en una fase avanzada pueden presentar desnutrición. Los problemas de nutrición son una consecuencia añadida a las enfermedades oncológicas, que van a padecer una de cada tres personas a lo largo de la vida. De ahí la importancia de conocer cómo estar bien alimentado cuando se padece alguna de estas patologías, porque un buen soporte nutricional contribuye a una mayor efectividad de los tratamientos. El oncólogo médico del hospital Reina Sofía Ignacio Porras ha impartido en este centro un taller sobre nutrición para familiares y pacientes en el proceso oncológico, organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), con la colaboración de las unidades de oncología médica y nutrición y dietética del complejo hospitalario.

Porras expuso que no hay alimento alguno ni dieta con la que se pueda curar el cáncer, pero diversos estudios científicos han demostrado que la dieta mediterránea propia de España sí contribuye a prevenir el cáncer. Este especialista indicó, que salvo que el cáncer ocasione problemas de deglución (para tragar), lo aconsejable es que los pacientes oncológicos, y en general toda la sociedad, sigan la dieta mediterránea porque es la más equilibrada, ya que incluye la ingesta diaria de frutas y verduras, y luego de forma repartida a lo largo de la semana, productos como pescado, legumbres, huevos, lácteos y también carne. «Aunque se ha alertado mucho en los últimos tiempos sobre que el azúcar alimenta el cáncer o sobre la posible relación entre mayor riesgo de cáncer si se toma carne roja, lo cierto es que el azúcar se puede tomar de forma moderada y carne roja también se puede comer una o dos veces a la semana, porque, entre otras, cosas es una importante fuente de hierro», añadió este experto.