El hospital Reina Sofía, bajo la dirección de los servicios de Medicina Interna y de Neumología (áreas sobre las que recayó desde el primer momento la coordinación, con apoyo de otras especialidades, de la asistencia a los pacientes con coronavirus en el hospital), están poniendo en marcha un protocolo conjunto para realizar un seguimiento de los enfermos que han superado la enfermedad. «El protocolo multidisciplinar nos va a permitir constatar que algunos pacientes no han desarrollado secuelas, pero habrá que seguir supervisándolos para comprobar que no las tengan próximamente, mientras que a los pacientes con consecuencias derivadas de la infección les vamos a realizar seguimiento de las mismas, a la vez que las estudiaremos y trataremos», expone José López Miranda, jefe de servicio de Medicina Interna del hospital Reina Sofía.

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José López Miranda apunta que los pacientes con coronavirus atendidos en el hospital se dividen en dos grupos. Por un lado, están aquellas personas, con un grado de dependencia elevada, que presentaban antes de sufrir coronavirus patologías severas, por lo que diferenciar en estos pacientes una infección vírica de los problemas de salud que ya tenían de antes es muy complicado. Y el segundo grupo lo forman pacientes sin patologías previas antes del coronavirus o que solo tenían un problema de salud concreto, como diabetes o hipertensión. En este segundo grupo hay que estudiar si presentan alteraciones de la difusión pulmonar (que puedan inducir cuadros de fibrosis pulmonar) o si muestran cuadros de microangiopatía trombótica, con síndromes de hipertensión pulmonar o cuadros trombóticos.

Francisco Santos: "Nos preocupan las secuelas que puedan quedar de fibrosis pulmonar en pacientes"

El jefe de Medicina Interna señala que, partiendo de esta unidad multidisciplinar, «vamos a seguir a los pacientes que presenten las secuelas antes citadas, desde las unidades que ya existen en el hospital de fibrosis pulmonar, hipertensión pulmonar o enfermedad tromboembólica. Se va a contar igualmente con el respaldo de la unidad de radiodiagnóstico, que coordina la doctora Marina Álvarez, porque, aunque ahora mismo la gran mayoría de pacientes se ha recuperado satisfactoriamente, a otros les quedan secuelas que habrá que ir supervisando. «Tenemos que estar alerta porque estamos ante una enfermedad completamente nueva, de la que hemos aprendido, pero de la que nos queda todavía mucho por saber. Recibimos en el Reina Sofía al principio de la pandemia una avalancha de pacientes con coronavirus. Tuvimos que reorganizar la asistencia para atender a esos enfermos, pero también para proteger a los profesionales de la sanidad y evitar posibles contagios», asegura. «A partir de que los pacientes reciben el alta, se les hace seguimiento telefónico prácticamente a diario, hasta que ya dicen estar bien. Además, los vamos a seguir revisando en el hospital de forma periódica, según cada caso. Y, dependiendo de los síntomas, se indicarán unas pruebas u otras», añade.

José López Miranda: "Hay que estudiar si se presentan alteraciones de la difusión pulmonar o cuadros trombóticos"

El jefe del servicio de Neumología del Reina Sofía, Francisco Santos, calcula que hasta el momento han realizado seguimiento a unos 20 pacientes que han superado el coronavirus y precisa que las secuelas más habituales que presentan algunos de los que estuvieron ingresados son falta de aire, cansancio y ahogo al hacer pequeños esfuerzos, también alteraciones del gusto y el olfato. «Aunque las que más nos preocupan son las secuelas que puedan quedar de fibrosis pulmonar en pacientes que tuvieron un pronóstico grave y mucha afectación pulmonar, así como las que puedan desarrollar una enfermedad vascular del pulmón. Aún no sabemos cuántos pacientes van a tener o tienen ya secuelas, porque los tenemos que estudiar», puntualiza. «El empeoramiento ha sido mayor en los pacientes que ya tenían una enfermedad respiratoria previa y, entre los que han pasado, sobre todo por la UCI, existe también mucha pérdida de masa muscular, por lo que requieren sobre todo de una rehabilitación prolongada de su función pulmonar normal», recalca el jefe de Neumología.

Testimonios

José Antonio Domínguez, técnico en cuidados auxiliares de enfermería de Urgencias del Reina Sofía de 62 años, se ha beneficiado de este seguimiento exhaustivo por parte del hospital, después de requerir hospitalización por el covid-19 en marzo. «Me han hecho en Neumología del Reina Sofía estudios completos de serología, pruebas de esfuerzo, analíticas, radiografías, TAC, para ver que me encuentro bien y también como parte de un ensayo clínico nacional sobre la incidencia del coronavirus en los profesionales de la sanidad. Creo que el hecho de que yo, antes de enfermar, comía sano y me gustaba andar, me ayudó a sobreponerme mejor, así como que me funcionó bien el tratamiento, con fármacos como la hidroxicloroquina», cuenta. «Ingresé estando muy mal, tras haber estado trabajando hasta con síntomas. Pero es que en los inicios no se vio la gravedad del virus ni se contaba con material preventivo. Aquellos días de soledad y de angustia mientras estaba ingresado los recuerdo como una pesadilla. No dejaba de mirar mis indicadores y veía que no estaba bien. Sin embargo, ahora ya hago vida normal, volví al trabajo y sé que me van a seguir supervisando. Me siento muy agradecido a todos mis compañeros de urgencias y al personal de enfermería y de Neumología, con los doctores Santos y Lama a la cabeza, que me han ayudado tanto en mi recuperación», resalta.

A José Aparicio también le pudo servir en parte como escudo frente al coronavirus ser una persona de hábitos sanos. A sus 82 años practica natación y ha vuelto a hacerlo para recuperar la fuerza que perdió tras verse afectado por el covid-19 en marzo. José se siente muy agradecido, primero a su médico del centro de salud de Santa Rosa por derivarlo rápidamente al hospital; también satisfecho por el trato y tratamiento dispensado durante su ingreso en el Reina Sofía y por el seguimiento que le están haciendo desde el alta, ya que un pulmón se le ha quedado afectado y también le tuvieron que realizar un cateterismo para mejorar otra intervención similar efectuada antes de la pandemia. José dice haberlo pasado muy mal, sobre todo por el aislamiento y la incertidumbre ante una enfermedad sin cura, aunque se siente privilegiado frente a otros afectados más enfermos o que han tenido menos apoyo que él para afrontar la infección del coronavirus.