La plaza de Cañero ha recuperado en la mañana de este lunes su nombre tradicional, una vez que los operarios municipales han retirado las placas con su identificación como plaza de los Derechos Humanos sustituyéndolas, de nuevo, por la denominación de siempre, pero el cambio ha pasado casi inadvertido para los primeros vecinos que estaban en la zona después de este intervención.

Así lo han manifestado Antonio Fernández y Manuel Claudel, que se encontraban sentados en los bancos de la plaza y, pasado el mediodía, han afirmado a este periódico que "no me había dado cuenta" de la modificación.

En el primer caso, ha subrayado que "veo bien que lo hayan dejado", haciendo hincapié en que "derechos humanos no hay muchos en este mundo, ni vivienda, ni trabajo... por mucho que lo pongan en una placa".

En opinión de Antonio Fernández, "deberían empezar quitando la estatua de Fray Albino, que era íntimo de Franco", y ha comentado en referencia al rejoneador Antonio Cañero, que tuvo un papel destacado en la guerra civil en Córdoba en el bando nacional, que "me da igual lo que hiciera".

Por su parte, Manuel Claudel ha recordado la polémica generada en torno al cambio de nombre de la plaza, añadiendo que "creo que los vecinos prefieren Cañero, porque se le ha llamado así toda la vida". En su caso, admite que "me es indiferente el cambio de nombre" e indica que "habrá otras cosas más interesantes".

A modo de broma, Juan Carlos Molina, otro vecino que se encontraba en la plaza junto a Antonio Fernández, ha propuesto "que le pongan la K a Cañero" para que la plaza deje de identificarse con el rejoneador.

En el interior de la confitería Cepansa, sobre cuya fachada se ha instalado una de las placas, María Flores, una trabajadora, ha explicado que esta actuación es "una tontería y un gasto innecesario, porque todo el mundo la conoce como de Cañero".

De este modo, ha recordado que "el franquismo forma parte de la historia de España y ese nombre no afecta a los vecinos". De su parte, María Ángeles de Dios, una clienta que se encontraba en el establecimiento, ha añadido que "aunque no sea de aquí (en referencia al barrio) también pienso que es un pego cambiarle el nombre, porque hay cosas peores que no se arreglan".

Con el nuevo cambio de nombre materializado hoy, el Ayuntamiento de Córdoba cumple la sentencia dictada por el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2, que ha anulado los dos acuerdos que posibilitaron que la plaza se denominara de los Derechos Humanos.