La riqueza de la tierra de secano de la Campiña cordobesa, que dibujó un tradicional binomio de trigo y girasol en amplias superficies de la provincia, no ha resistido la saturación de producción en el mercado internacional que trajo la globalización. Hoy un kilogramo de trigo vale lo mismo que costaba a mediados de los años ochenta. Esta pérdida de rentabilidad está transformando el mapa agrario de la provincia. Frente al cereal y otros herbáceos, los agricultores están optando mayoritariamente por los leñosos y aquí hay un cultivo estrella que no ha dejado de crecer, aunque ya no reciban subvenciones de la Unión Europea las nuevas plantaciones. Se trata del olivar, que con datos del Sigpac 2018, ha alcanzado en Córdoba las 358.915 hectáreas (6.623 más que en el 2017). Solo desde el 2015 el crecimiento ha sido de diez mil hectáreas. El delegado de Agricultura, Francisco Zurera, justifica los cambios en las «dificultades en algunos cultivos», lo que lleva al agricultor a buscar alternativas en aquellos que tienen «más rentabilidad, solidez y futuro». Zurera asegura que el agricultor «se adapta al mercado» ante la caída de los precios.

Junto al olivar, el crecimiento de la superficie de almendro también es significativo. En el año 2011 había solo 584 hectáreas de almendro y en el 2018 asciende a 5.044 hectáreas. «Si tengo que hacer una nueva plantación, el almendro es un cultivo no perecedero, con gran futuro y cuyo mercado internacional se está abriendo», indica el presidente de Asaja y de la Cámara de Comercio, Ignacio Fernández de Mesa. No obstante, destaca la importancia del crecimiento del olivar. «Queda mucho terreno por recorrer para el olivar y mucho consumidor en España y en los mercados internacionales», añade. Asimismo, remarca el aumento de la superficie de cítricos en la Vega del Guadalquivir con la entrada de nuevas variedades. El naranjo dulce ocupa 11.302 hectáreas, tras crecer un 4% en la última década. A esto une también las posibilidades del porcino ibérico 100% en la ganadería extensiva. Otros leñosos destacados son el pistacho, que ocupa ya 433 hectáreas (el triple del 2011), y el nogal, que cuenta con 347 hectáreas en la actualidad. El nogal era prácticamente inexistente a principios de la década, según indica la Junta de Andalucía. El ingeniero agrónomo y tasador de la empresa Promasta, Luis López-Crespo, asegura que lo más rentable depende «de la zona y del tipo de suelo» disponible. «El olivar sigue creciendo, al igual que el almendro y los cítricos en la Vega», afirma. En el caso del pistacho, considera que es un cultivo para zonas con más horas de frío, como puede ser el norte de la provincia o como está sucediendo en otras provincias como Jaén. López-Crespo destaca que se sigue invirtiendo en tierras, llegando a precios «altísimos» algunas operaciones de este año.

El precio de la tierra sigue incrementándose en Córdoba, acumulando tres ejercicios consecutivos de aumento. La tendencia se mantiene durante el 2018, aunque para hacer cambios de cultivo. Se compra tierra de labor en riego y en secano para plantar leñosos.