De no aprobarse las ordenanzas fiscales, los cordobeses pagaríamos en 2018 lo mismo que hemos pagado este año en concepto de tasas e impuestos municipales al prorrogarse el expediente en vigor. Las ordenanzas fiscales para 2017, que incluyeron la congelación del IBI y una subida media ponderada del 0,43%, se aprobaron con el voto favorable de PSOE, IU y Ganemos, la abstención de PP y UCOR y el voto en contra de Ciudadanos. La aprobación definitiva en el Pleno de 29 de diciembre del 2016 de esas tasas pasó por el cambio en el sentido del voto de Ganemos, que supeditó su apoyo a un decálogo de medidas que terminaron aceptando PSOE e IU. Ese decálogo incluía la congelación del IBI, finalizar el proceso para la conversión a tasa del precio privado del agua en el año 2017 y lograr mayor transparencia de los precios públicos de los servicios municipales, entre otros. De hecho, algunos de los requisitos que Ganemos pone este año de nuevo encima de la mesa de negociación están pendientes aún de aquel decálogo. En verano del año pasado, el PP vacticinó que la oposición de Ganemos a las ordenanzas de PSOE e IU se terminaría diluyendo porque, en definitiva vinieron a decir los populares, todo es «teatro» en el tira y afloja del gobierno con su socio a la sombra,

En 2015, cuando se aprobaron las primeras ordenanzas fiscales del actual mandato, el expediente se aprobó también de forma definitiva en diciembre con los votos a favor de Ganemos, la abstención de Ciudadanos y el voto en contra de PP y Ucor (que aceptaron parcialmente una alegación sobre el IBI de las familias numerosas). Entonces se aprobó una subida media del 0,7%, se congeló el recibo del agua, el de la basura subió un 2% y un 3% del impuesto de vehículos.