Una vez que el Pleno ha dado un primer paso para impulsar el plan urbanístico para el Cordel de Écija, ¿qué pasará a partir de ahora? La moción aprobada por unanimidad el martes da algunas pistas. Por un lado, y según el contenido del punto primero de la propuesta consensuada por todos los grupos, Urbanismo deberá impulsar los informes previos para formular la innovación del PGOU que afectará a tres planes especiales, a uno parcial y a un sistema general que abarca toda la línea que va en paralelo al río y pegada al mismo entre los puentes de Andalucía y de San Rafael.

Por otro, y atendiendo al segundo punto, el equipo de gobierno tendrá que encargarse de promover los acuerdos, tanto de planeamiento como de gestión, que sean necesarios con el Grupo Lar, las otras administraciones que tienen terrenos en la zona (Junta, Diputación y el Instituto Nacional de Urbanización) y el resto de propietarios para conseguir la colaboración para que la innovación llegue a buen fin. Por último, debe haber un estudio previo que diga si es necesaria y conveniente esta innovación, a qué ámbito afecta, qué características tendrá y que garantice su viabilidad técnica y económica.

Sin embargo, ayer, el presidente de Urbanismo y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, Pedro García (IU), dio a entender que el siguiente paso no le corresponde al organismo municipal. «Si es una iniciativa privada, la iniciativa privada es la que debe dar el paso», manifestó, para añadir después que «yo no voy a ir a donde esta familia viva o tenga la sede a decirle nada, son ellos los que tienen que dar el paso». No obstante, dejó claro que están «abiertos a que una iniciativa que sea buena para Córdoba se desarrolle» y «ahí van a encontrarnos como aliados». Aún así insistió en que «no hay nada» en relación al proyecto, ni siquiera los porcentajes de reparto de usos plasmados en los borradores de moción que se han estado negociando hasta el último momento (un 50% de viviendas, un 25% para equipamientos y servicios y otro 25% para comercio y suministros). García no opinará hasta que «aparezcan en el planeamiento, en el dibujo».

Los promotores de la iniciativa piensan que, una vez respaldada por el Pleno, llega el momento de poner en marcha el expediente para hacerla realidad e iniciar los informes previos que determinan la viabilidad técnica, económica y medioambiental. Consideran que tanto la innovación como el convenio necesario pueden ejecutarse en paralelo. Los arquitectos Rafael de la Hoz y Pedro García del Barrio aseguraban en una entrevista concedida a este periódico que ahora empieza el momento de trabajar con Urbanismo, ya que «es un proyecto público», que tiene «el impulso del sector privado, es una iniciativa público-privada» y cada cual tiene su papel. La idea está y ahora toca darle forma y concretarla.

Para llevar a cabo la innovación hay que elaborar un documento con su memoria, normas urbanísticas y planos. En caso de que la innovación sea considerada estructural, necesitará la aprobación definitiva por parte de la Junta. En cualquier caso, además de la formulación, harán falta las aprobaciones iniciales, provisionales y definitivas, con los informes sectoriales correspondientes, entre ellos el de Ordenación del Territorio y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y los periodos de exposición pública. Por tanto, el recorrido será largo, tanto hasta llegar a la innovación como después de la misma y será una de las tareas de la próxima Corporación.