El rechazo del Pleno a las ordenanzas fiscales del 2018 sigue coleando. La portavoz del grupo municipal socialista, Carmen González, apeló ayer al diálogo e intentó dejar clara la postura del PSOE ante los frentes abiertos tras el Pleno. En respuesta a la sugerencia del PP, que quiere que la alcaldesa, Isabel Ambrosio, se someta a una moción de confianza, González considera que es «una burla» o una «broma» al venir del PP, que, según indicó, no sigue ese camino en el Gobierno central.

Una vez prorrogadas las ordenanzas, el «reto» es, según la concejala, «hablar con cada fuerza desde ya para poner nombre y apellido a los proyectos» que recogerán los presupuestos para el ejercicio próximo, tarea que se presenta ardua a tenor de lo ocurrido. No obstante, insiste en que con las ordenanzas prorrogadas «ningún cordobés va a pagar más de lo pagado este año».

Para el PSOE, que Ganemos no haya apoyado las ordenanzas no implica que exista «crisis de gobierno», ya que «Ganemos no forma parte del gobierno de la ciudad». «Lo que tenemos con Ganemos es un pacto de gobernabilidad con 51 medidas y estamos en el ecuador del mandato y tenemos más de la mitad cumplidas, por lo que vamos a buen ritmo», señala. González confía en que lo sucedido con Ganemos «sea una cuestión puntual» y en que vuelva «la senda del entendimiento de las tres fuerzas políticas» (PSOE, IU y Ganemos).

En cuanto al reto que lanzó el miércoles la alcaldesa a Ganemos y PP, a los que animó a plantear una moción de censura o a dialogar, la concejala argumenta que ese llamamiento responde a lo vivido en el Pleno. González considera que «la ciudad no se merece ser rehén de los intereses partidistas de ninguna fuerza política».

La oposición también se pronunció ayer. El portavoz del PP, José María Bellido, exige a la alcaldesa que aclare «cómo piensa seguir gobernando para sacar adelante lo que Córdoba necesita». El portavoz de Ciudadanos, David Dorado, se muestra convencido de que Isabel Ambrosio reta a la moción de censura «con la certeza de que ese escenario no se va a producir». A su juicio, lo ocurrido puede ser «la escenificación de una ruptura de cara a ir preparando el terreno para las próximas elecciones». Por su parte, el portavoz de UCOR, Rafael Serrano, opina que lo ocurrido deja «rota la confianza en la gobernabilidad del Ayuntamiento», situación que se agravará conforme se acerquen las elecciones.