Madres y padres del colegio Nuestra Señora de Linares, en el barrio de Santa Rosa, se concentraron ayer a las puertas del centro, igual que lo harán todos los miércoles de mayo, en protesta por el «vergonzoso estado del centro», un colegio nuevo que funciona desde hace tres cursos escolares y que presenta deficiencias con «peligros» para los niños que «están fuera de proporcionarles un entorno seguro dentro de su escuela». En un comunicado difundido por las redes sociales, los padres denuncian poyetes en el patio que generan caídas y lesiones, «con una bajada de escalera que por su altura genera constantes colisiones a la altura de la cabeza de nuestros pequeños», o un comedor para 70 alumnos en una tercera planta sin climatizar.