El gobierno municipal estudiará la posibilidad de crear una oficina técnica para vigilar las obras de grandes proyectos de ciudad, que superen el medio millón de euros de coste. Los problemas acumulados en el Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones de Córdoba, la remodelación de La Normal de Magisterio, la rehabilitación del Convento Regina o el Templo Romano son buenos ejemplos de la complejidad administrativa y las dificultades que tiene el Ayuntamiento de Córdoba para sacar adelante en tiempo y forma estos grandes proyectos, que acumulan meses de retraso por diversos motivos.

El secretario municipal, Valeriano Lavela, ha dirigido un escrito al coordinador general del Ayuntamiento, Ramón Díaz-Castellano, en el que aborda esta cuestión y propone al equipo de gobierno poner en marcha una oficina técnica municipal para la supervisión de proyectos de obras. Este ente está previsto en la nueva ley de contratos de las administraciones públicas para proyectos cuya licitación exceda los 500.000 euros, así como para aquellos proyectos que comprometan de algún modo la seguridad, la estabilidad o la estanqueidad. La idea de la oficina es detectar y corregir, en la medida de lo posible, las deficiencias de los proyectos técnicos, las imprecisiones de los contratos, la no inclusión de partidas que debían estar en el proyecto técnico y a la inversa, e incluso que pudiera haber mediciones incorrectas en los pliegos técnicos y en los diseños.

BUENA O MALA FE / «Muchas de las empresas adjudicatarias, con buena o mala fe, paralizan y/o abandonan las obras e incumplen los plazos de ejecución alegando que no les corresponde ejecutar determinadas partidas o que han ejecutado otras que se han visto obligadas a hacer», explica el secretario municipal en su escrito dirigido al coordinador general.

Como es lógico, los errores de los proyectos dan lugar a controversias, interpretaciones y reclamaciones por parte tanto de la administración competente, en este caso del Ayuntamiento, como de las empresas adjudicatarias, por lo que el proceso termina abocado a los costosos y tristemente famosos modificados de obra que no estaban previstos ni el proyecto ni en los pliegos de condiciones.

El secretario municipal aprecia en su carta que los modificados terminan «dando lugar a la existencia de órdenes de ejecución por parte de los directores de obra sin soporte o cabida en el proyecto, así como ejecutándose partidas de obra por parte de las contratas por su cuenta y riesgo, sin soporte, tampoco, en el proyecto técnico».

Es entonces cuando surgen dificultades entre la Administración y las empresas adjudicatarias, y cuando comienza el rosario de problemas, que puede incluir desde indemnizaciones millonarias hasta consultas al Consejo Consultivo de Andalucía, pasando por la parálisis de la obra o la pérdida de las subvenciones para el proyecto por la prolongación de los plazos. Todos estos problemas terminan resumiéndose en un mayor coste para el contribuyente.

La existencia de una oficina técnica municipal de supervisión de proyectos, o en su defecto contratar los servicios de una consultora externa de asistencia técnica con el mismo fin, terminaría o al menos disminuiría los problemas que padece el Ayuntamiento de Córdoba con todas sus grandes obras paralizadas y con problemas administrativos importantes, opina el secretario municipal.