El proceso para impulsar una zona comercial en el parque científico tecnológico Rabanales 21 vuelve a alargarse, los plazos se incumplen y a esta circunstancia se suma ahora la complicada situación económica de la sociedad, que se encuentra en preconcurso de acreedores. Ante este escenario, el promotor de la zona comercial criticó ayer la entrada en «una espiral de indefinición», que llega tras más de dos años de trámites para hacer posible una innovación del Plan General de Ordenación Urbana. Esto le llevó a enviar un requerimiento a Rabanales 21 para que le indique la fecha concreta en la que la innovación recibirá la aprobación definitiva. También indicó que no descarta abandonar la actuación en caso de no recibir una respuesta satisfactoria.

Este descontento se conoce después de que fuentes municipales hayan afirmado que existe un acuerdo entre la Junta de Andalucía, la Gerencia Municipal de Urbanismo, Rabanales 21 y el promotor acerca de los nuevos trámites necesarios, que son un estudio de evaluación ambiental simplificada y la modificación de un artículo del PGOU. Como ya se ha avanzado, ahora hay que reiniciar el proceso para la aprobación del expediente y desde el Consistorio se ha apuntado que todo podría quedar resuelto antes de que acabe el año.

El promotor destacó ayer las dificultades para «asumir algo indefinido», destacando la complejidad de una situación en la que la asesoría jurídica municipal respalda la conclusión de un informe de Medio Ambiente que es preceptivo pero no vinculante, mientras el secretario del Pleno, Valeriano Lavela, rechaza que haya que realizar la evaluación ambiental. El objetivo del impulsor de la zona comercial es que Rabanales 21 tenga «una actuación mucho más diligente de la que se está llevando a cabo» e incluso llegó a comentar que «esto es una locura», apuntando que «cuando haya que pedir responsabilidades, se pedirán». A su juicio, «alguien ha tenido que cometer un error para que aún no se vea el final del proceso» y abundó en que no está de acuerdo con los nuevos trámites que se reclaman, por lo que solicita que se realice la aprobación definitiva antes de que finalice la fase de preconcurso del parque.

En el acuerdo alcanzado entre la promotora y la sociedad gestora se recogía que la innovación estaría finalizada en un año. El promotor del área comercial adelantó parte del dinero de la compra de una parcela para la construcción de los nuevos establecimientos. Completar esta operación permitiría al parque obtener ingresos en unos momentos en los que atraviesa serias dificultades financieras. Por el contrario, en caso de que esta inversión no salga adelante, el promotor apuntó la necesidad de depurar responsabilidades entre los distintos agentes implicados en el proceso.

Trayectoria/ La aprobación inicial de la modificación del PGOU para poder dar un uso comercial a los terrenos tuvo lugar en enero del año 2015. Después de esto, el Ayuntamiento de Córdoba (tras las elecciones municipales y el cambio de signo político) desechó la posibilidad de que se construyera una zona comercial y más tarde, en línea con el consenso alcanzado en la ciudad a distintos niveles, volvió a contemplarlo. La aprobación provisional llegó en septiembre del año 2016 y, según recordó el promotor, incluso se barajó la fecha de finales del 2016 para lograr el visto bueno definitivo.

En el 2015, la paralización de la innovación ya le llevó a plantear un ultimátum, afirmando que se perdería una inversión de 30 millones de euros y 400 empleos. En febrero del 2016, anunció que abandonaría esta actuación si no salía adelante en el mes de marzo de ese mismo año. De acuerdo con lo conocido hasta ahora, la parcela tendrá 16.000 metros cuadrados techo para albergar una superficie comercial minorista y otros 2.800 metros cuadrados para un edificio destinado a la investigación, el desarrollo y la innovación, que gestionará Rabanales 21.