En el año 2003 comenzaron a registrarse de manera oficial los crímenes por violencia de género, con la intencionalidad de contar con una legislación que contuviera esta lacra, teniendo Andalucía el triste honor de abrir esta estadística. La primera víctima fue Diana Yaneth Vargas, una colombiana que falleció arrojada por su pareja el 7 de enero del 2003 en Fuengirola. El pasado viernes día 14, una mujer brasileña redondeaba el macabro guarismo en Córdoba. Andalucía tiene el triste destino de iniciar y liderar la estadística más cruel.

Una estadística que habla de manera contundente, con 661 mujeres españolas asesinadas, 321 extranjeras y 18 de las que ni siquiera se conoce la nacionalidad.

Una tétrica estadística que también tiene olvidos, al comenzar en el año 2003, aún con casos manifiestos de violencia de género, como la muerte, en 1997, de Ana Orantes, en Granada, tras anunciar en un programa de televisión su padecimiento de malos tratos. O el olvido producido por la frialdad de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, de 2004, en la que los asesinatos machistas se circunscriben al círculo de la pareja, no formando parte de estos números las mujeres fallecidas a manos de hombres pero que no tenía relación con ellos. Caso de las dos hermanas asesinadas por su excuñado en Aranjuez, hace unos días, O la muerte de Laura Luelmo, Diana Quer, Marta del Castillo, etcétera.

Cifras que varían. Para la web feminicidio.net, que trabaja con datos recogidos a partir del 2010, según Europa Press, hasta hoy han sido 1.024 las mujeres asesinadas por hombres, tuvieran relación sentimental o no se conocieran.

Según esta fuente, en el 2018 murieron 96 mujeres, cifra muy superior a las 47 de la estadística oficial.

Unas estadísticas que se amplían con la inserción, desde hace seis años, de los menores de edad que quedan huérfanos de estas mujeres, a causa de los asesinatos machistas, 243 en total. Además, 28 niños fueron asesinados, víctimas de esta locura.