En un entorno envidiable, junto a la Puerta del Puente, el Puente Romano y la Mezquita, se alza un moderno edificio que no desentona con la historia monumental que lo acompaña, y que en sus cinco años de funcionamiento se ha convertido en la puerta amable para el turismo, en el abrazo amigo de Córdoba a cuantos turistas y visitantes llegan cada día a la ciudad. Mañana, 8 de octubre, el Centro de Recepción de Visitantes (CRV) cumple cinco años de funcionamiento, tras una inauguración por todo lo alto, que contó con la presencia de la consejera de Fomento, Elena Cortés, y el de Turismo, Rafael Rodríguez, que abrían las puertas de un centro con el que se culminaba la reforma integral del entorno de la Puerta del Puente.

Con una inversión de casi siete millones de euros, el Centro de Visitantes estaba llamado a convertirse en el principal punto de promoción del turismo cultural y monumental del conjunto de Andalucía y en una pieza básica en la difusión del destino de Córdoba. Hoy pasan por él unas 400.000 personas al año, según sus responsables.

En él se integran actualmente las oficinas de turismo de la Junta y del Ayuntamiento. Mientras el Imtur, organismo municipal, gestiona la venta de los servicios turísticos de Córdoba, la oficina de la Junta ofrece toda la información que requieren los turistas que día a día acuden a él, tanto a través de los tour turísticos como de forma independiente. Pero junto a esta labor informativa y de acogida al turismo, el CRV se ha convertido en un centro dinamizador de actividades culturales que ha ido creciendo exponencialmente. A los actos institucionales celebrados por administraciones, colectivos y oenegés, gratuitamente, en sus dos espacios para eventos, se organizan también congresos, jornadas formativas, la feria del turismo ecuestre, actividades culturales y, desde hace tres veranos, un ciclo de conciertos en su terraza que desborda todas las expectativas de participación, con todos los días lleno. Desde julio a septiembre se han celebrado 20 conciertos, proyectados además para todos los visitantes en la fachada del edificio. «Es un balance muy positivo pues hemos revitalizado un equipamiento público que, además, todavía tiene mucho margen de mejora», señala el responsable del CRV, Joaquín Zurita.

El mismo centro, ideado por el arquitecto Juan Cuenca, es en sí mismo un museo de la ciudad: integra restos de la muralla romana y visigoda, una alberca visigoda y unas cisternas perfectas de un molino romano.

Turismo en Córdoba: la provincia

Pero para Zurita, el CRV cuenta con una carencia importante, y es que es «preciso incorporar a la provincia». En este sentido, propone que se debería instalar un punto de información turística permanente de la provincia, porque muchos visitantes preguntan y se interesan por ver distintos municipios, las almazaras, las bodegas de vinos, la Córdoba ecuestre. «El AVE a Granada les va a quitar pernoctaciones a ellos y nos la va a dar a Córdoba», opina el responsable del CRV, con lo que al estar más días en la ciudad, los visitantes querrán conocer también la provincia.

Las opiniones de los visitantes

Blanca llega de Uruguay y se acerca a preguntar al CRV por lo fundamental que ver en la ciudad. El Alcázar, la Mezquita y la Sinagoga, le dicen, entre otras muchas cosas, y ella confirma que «es lo que yo pensaba que había que ver». Cuenta que pernocta en Sevilla y que, con su familia, ha venido a pasar un día a Córdoba. Otros turistas, de Polonia, se sientan a descansar un rato en las instalaciones del centro, mientras que una visitante asiática, que viaja sola, busca información.

Manuela y María José, trabajadoras de la Junta, atienden al público, y cuentan miles de anécdotas que en su día a día encuentran en este epicentro del turismo cordobés, en el que continuamente fluye un reguero de personas despreocupadas y contentas, como cuando uno va de viaje vacacional.

Cuentan que cada vez viajan más mujeres solas, sobre todo asiáticas, musulmanas y de Latinoamérica. Las asiáticas suelen ser mujeres jóvenes mientras que holandesas, australianas y americanas también llegan solas pero son de más edad. «A veces nos traen regalos, cuando les hemos atendido telefónicamente previamente», dicen, y comentan cómo les han regalado bombones, flores o perfumes. «A mí una vez me trajeron una figurita de la huerta murciana», dice Manuela.

Les preguntan lo que visitar, donde comer y «mucho por los patios, todo el año». Pero confiesan que «el toro, la siesta y la paella parece que ya se están pasando como tópicos». Además, «los japoneses preguntan mucho por si hay campos de girasoles y están dispuestos a coger un autobús para visitarlos», comentan como curiosidad.

Pero a veces, el servicio a los turistas en el CRV va más allá de la información. «Hay gente que nos pide que le echemos una mano, los escuchamos... o incluso nos traen algún niño que se ha perdido», cuentan. Remedios Molina, responsable de turismo de la Junta en el CRV confiesa la anécdota de que alguna vez ha tenido que acompañar a algún turista mayor al que se le ha ido el autobús del tour y ha tenido que llevarlo a la estación.

Comentan también que lo que más valoran los visitantes es cómo se come en Córdoba, «pero se quejan de que los hoteles son caros y de que no hay dónde aparcar». La Mezquita, por supuesto, es el monumento más visitado, seguido por el Alcázar, la Sinagoga y, cada vez más, Medina Azahara, desde que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Francia, Alemania, Gran Bretaña, Holanda e Italia son los países desde los que más llegan turistas a Córdoba. En cuanto al turismo nacional, se llevan la palma los madrileños y andaluces.

Otro dato curioso es la utilización del CRV como aseos para los grandes grupos que aparcan los autobuses en la Ribera. «Llegan, entran todos al servicio y se marchan», cuentan.

Algunos desajustes que aún hay que arreglar

No todo es perfecto en este centro de acogida a los visitantes. Hay algunos desajustes que es preciso aún pulir. Uno de ellos, de lo que se quejan muchos turistas, es del horario que tienen los empleados del Imtur que venden los servicios turísticos. Se van a las 13.30 horas y no vuelven hasta las 17.00 horas, con lo que muchos turistas se quejan. Por ejemplo, si llegas más tarde no puedes comprar el autobús a Medina Azahara que sale a las 14.40 horas. También es un problema el hecho de que si se compran entradas a los monumentos por internet, tienen que validarlas en el CRV, con lo que se forman numerosas colas ante las dos personas de la oficina municipal que prestan este servicio.

La cafetería OBA, un espacio para el turista y el cordobés

Ha costado trabajo y tiempo pero al fin, a finales de septiembre se abrió la cafetería del CRV, adjudicada a Bodegas Mezquita, que le ha puesto el nombre de OBA Tapas@shop, en recuerdo del nombre íbero de la ciudad. Su responsable, Baldomero Gas, comentó a este periódico que «queremos que sea un espacio tanto para el turista como para los cordobeses». Es el quinto restaurante de bodegas Mezquita en la ciudad y, en apenas unas semanas de apertura, «va bien, hay un flujo continuo de personas, sobre todo por las noches», ya que cuenta con una vista privilegiada a la Puerta del Puente. Este servicio era lo que le faltaba al CRV, que se completará con una tienda gourmet de productos cordobeses en próximos días.