La reyerta que se desencadenó el pasado jueves en el patio Gabriel Celaya del barrio de Moreras y que costó la vida a un joven de 26 años, heridas de gravedad a su padre, y que acabó con la detención de tres personas, sigue teniendo consecuencias en la barriada, sobre todo en materia de convivencia. Ya la misma tarde del jueves, los ánimos se sobresaltaron y se produjeron algunos amagos de nuevas peleas, además de asaltos a las viviendas de los familiares de los acusados del homicidio. Desde ese momento, según han informado fuentes cercanas al caso, se han asaltado cuatro viviendas, y se ha detenido por ello a tres personas, que tendrán que responder de diversas acusaciones, aunque una vez que prestaron declaración fueron puestas en libertad.

Fuentes de la investigación han indicado que los moradores de dichos pisos, familiares directos del presunto autor del homicidio y de los detenidos, han tenido que abandonar la ciudad, por miedo a represalias. Estas mismas fuentes indicaron que en una de las viviendas había una mujer en el momento del asalto.

Por otro lado, los detenidos, entre los que se encuentra el autor confeso de la puñalada mortal, pusieron de manifiesto durante su declaración que la pelea no fue provocada por ellos, sino por la familia del fallecido. Aseguraron que fueron al barrio porque querían hablar con una tía suya «porque creían que había pasado algo», en alusión a una presunta agresión del fallecido a un menor de su familia, pero negaron que fueran a vengarse y que cuando llegaron al patio vieron a un hombre con una catana y a otro con un palo y un cuchillo. Explicó el acusado que llegaron a agredirle con la catana en un brazo y que durante el forcejeo cogió un cuchillo del suelo y apuñaló a su atacante. Otro de los detenidos está acusado de haber apuñalado por la espalda al padre del fallecido, lo que, a juicio de la defensa, no se ha podido demostrar. El autor confeso de la puñalada está acusado de un delito de homicidio, otro de homicidio en grado de tentativa y otro de lesiones. Los tres acusados fueron detenidos en la misma tarde del jueves, después de ser atendidos en el hospital.

Por su parte, el fiscal considera que el investigado se puso de acuerdo con su hermano para ir al patio «provistos de armas para atentar contra la vida del fallecido y su padre». Sobre este aspecto, desde la defensa se asegura que no existe ninguna prueba que lo demuestre. Además, la defensa está barajando la posibilidad de que expertos en informática e imagen mejoren el visionado del video que se ha podido ver en redes sociales, y que consta en las actuaciones, para clarificar cuál es la actuación de cada uno de los intervinientes.

Por otro lado, el Comité Provincial de Córdoba del sindicato de la Unión Federal de Policía ha denunciado mediante una nota de prensa «la falta de personal existente en esta plantilla del Cuerpo Nacional de Policía, así como la falta de previsión en diversas situaciones, como la ocurrida en Moreras». El sindicato indica que, tras los incidentes ocurridos, la superioridad coordinó un dispositivo especial de seguridad para dicha barriada, así como para el traslado y custodia de los detenidos durante las diversas fases de la investigación policial. Este dispositivo, añade la UFP, «finalizó con el traslado al juzgado de los detenidos para su posterior puesta a disposición judicial». Recuerda esta organización que viene «denunciando la falta de personal de la Comisaría Provincial de Córdoba» y se pregunta por qué no se pidió la presencia de la Unidad de Intervención Policial de Sevilla para el apoyo y presencia policial en esta barriada durante el fin de semana.