Cuando la carpa ya está recogida y todo preparado para dejar Córdoba, los focos no se apagan en el Circo de Mouse, que ha estado instalado en la avenida de la Arruzafilla durante más de tres semanas con una importante afluencia de público. Ayer a primerísima hora de la mañana, el partido ecologista Equo lanzó un comunicado mostrando su malestar «ante la llegada de un circo con animales», un extremo que está prohibido en la capital desde enero de 2016, cuando el Pleno cerró la puerta a que en la ciudad se volviera a instalar un espectáculo con leones, tigres, elefantes, cocodrilos..., entre otras especies que en otros tiempos habían sido tan habituales en este tipo de atracciones.

Ganemos Córdoba se sumó horas después a la denuncia de Equo y exigió responsabilidades al PSOE e IU por el «grave incumplimiento de la ordenanza por el bienestar animal». Desde el Ayuntamiento, el teniente de alcalde Emilio Aumente aseguró desconocer si el circo tenía animales y explicó que el Consistorio había emitido una autorización para un espectáculo de «cuentajuegos y circo sin animales», que ofreció su última función el pasado Domingo de Ramos.

Este diario recibió ayer numerosas comunicaciones de personas que han asistido al espectáculo motivo de controversia y todas coinciden en que en ningún momento de la función se exhibió animal alguno. Este extremo fue confirmado por el representante de la empresa que promueve el Circo de Mouse, Rafael García, quien aseguró ayer que «nosotros ofrecemos un musical y en ningún caso ha habido animales». García insistió en que «ni ahora ni en los anteriores años en los que hemos estado instalados en Córdoba hemos incumplido las normas del Ayuntamiento». Además, el representante añadió que la empresa Cuentajuegos «está muy vinculada a Córdoba, porque es de aquí».

Rafael explicó que desde el pasado domingo hay un camión «con tres leones» aparcado en la parte trasera del circo, «que está averiado y que pertenece a un compañero de otro espectáculo». Apuntó que «nos pidió quedarse aquí mientras arreglaba el vehículo y poder tener así suministros que le hemos proporcionado nosotros». Esto, continuó el representante, «es algo que hacemos con normalidad entre los que nos dedicamos a este mundo» e insistió en que «no pueden decir lo que no es, porque hacen mucho daño».

Junto a Rafael, Jaime apoyaba todas sus palabras. Su segundo apellido, Cristo, le delata. Es primo hermano de Ángel Cristo y, como él, es domador; más bien era. «Ha sido uno de los grandes en este mundo», asegura el representante, pero «ahora ya no nos dejan trabajar», se lamenta Jaime. Ya no se ven circos como los que ponía en pie su afamado primo, pero lo cierto es que ayer en Córdoba se montó un espectáculo, salvando las distancias.