Teresa Rodríguez, coordinadora de Podemos Andalucía, anunciará este jueves su salida de la formación morada, junto a la corriente que lidera, la de los anticapitalistas. El propio Pablo Iglesias lo dio por seguro este fin de semana, al considerar «evidente» que la roteña quiere construir un partido andalucista al margen de Podemos. Medios nacionales como El País y Eldiario.es han informado esta noche de que ambos líderes habrían pactado la salida pacífica habrían pactado la salida pacíficade las filas moradas. Los dos lideres lo han explicado en un vídeo conjunto en las redes. Voladura controlada.

Son varios los motivos que separan a Pablo Iglesias de Teresa Rodríguez y públicas las tensiones que se han producido entre ellos en los últimos meses, tanto por su concepción sobre el modelo de partido: centralidad frente a autonomía territorial (Podemos Córdoba no tiene acceso, por ejemplo, ni siquiera a su censo de afiliados, ni Podemos Andalucía dispone de CIF propio) y su posición respecto al PSOE, con el que Pablo Iglesias ha terminado gobernando. Lo que algunos ven como «posibilismo», otros lo interpretan como «contradicción». No deja de ser paradójico, en cualquier caso, que Podemos abrace el cisma en Andalucía, el mismo año en que cuatro ministros de esta formación han llegado a la Moncloa.

La ruptura de los anticapitalistas con Podemos --también dejó el partido Íñigo Errejón y montó Más País-- ya se ha producido en otros territorios como Murcia, Castilla-León y Galicia, pero en Andalucía el problema añadido es la confluencia con IU --que fraguó en la marca de Adelante Andalucía, gracias al impulso de la propia Rodríguez y de Antonio Maíllo, convencidos de la necesidad de tener un espacio andaluz con voz propia que superase a las formaciones que lo integran-- y que tiene un peso institucional de 17 diputados en el Parlamento de Andalucía (Rodríguez es, de hecho, la portavoz y cara visible de ese equipo). Si la coordinadora regional ha decidido irse de Podemos Andalucía, también habrá que despejar esa variable y saber qué camino tomarán los 11 diputados de la formación morada en el Hospital de las Cinco Llagas, entre ellos la cordobesa Luzmarina Dorado (el resto de diputados son de IU). En IU, su coordinador andaluz, Toni Valero, ya ha dicho que «las tensiones» en Podemos no acabarán con el acuerdo de confluencia. «Nuestro acuerdo no es con Teresa Rodríguez, es con Podemos» dicen desde la coalición.

En Córdoba, Podemos ha sido siempre una formación muy ecléctica, «de muchos sentires», apunta Patricia Carrascal, responsable provincial de organización, que aún recuerda cuántos errejonistas había y los pocos que quedan. Y algo anárquica, añadimos. De hecho, la formación actualmente no tiene dirección y algunos miembros de la última ejecutiva estuvieron a punto de ser expulsados por defender en las municipales una confluencia con Ganemos pese a contar ya con candidato propio (Juan Alcántara) elegido en primarias.

En la actualidad, además de los anticapitalistas, en Córdoba hay dos corrientes pablistas más: Somos Podemos (que reúne a la mayoría de cargos, como la diputada Martina Velarde) y Podemos en Movimiento (en la que se inscribe Jorge Hidalgo, excoordinador local). De momento, los dos concejales morados en el Ayuntamiento de Córdoba, Juan Alcántara y Cristina Pedrajas, han preferido mantenerse «al margen» de estos debates políticos, para preservar su labor en la administración local. El futuro de Podemos ha empezado a escribirse estos días. El círculo se estrecha.