Vivía solo en el piso que heredó de su abuela, a la que cuidó hasta que falleció y tuvo que enfrentarse al mercado laboral sin demasiada experiencia y sin más recursos para llegar a fin de mes que algunas chapuzas con las que alimentarse. Para reducir gastos y no acumular deudas, decidió darse de baja voluntaria en Endesa. Nueve meses estuvo a oscuras, usando el frigorífico como alhacena, acudiendo a los centros comerciales para huir del calor y enchufar el móvil por si alguien lo llamaba para trabajar, iluminándose de noche con una luz led, apurando la bombona para cocinar y ducharse.

Es la historia de Jesús, un cordobés de menos de 40 años, uno de los dramas humanos que más ha impactado a Ángel Córdoba, responsable del área de extrema vulnerabilidad de Cruz Roja. «Este muchacho es un ejemplo de resiliencia», explica, «llegó a nosotros en busca de ayuda y pese a su situación de extrema vulnerabilidad, no ha perdido el ánimo y sigue formándose y buscando trabajo sin descanso, ahora tiene luz y su factura no llega a los 20 euros», señala Córdoba, que a menudo trata con familias que sobreviven a la pobreza energética renunciando a algo tan básico como aclimatar su vivienda a las temperaturas extremas de frío y calor que se dan en la provincia.

Según el último informe sobre pobreza energética realizado por el Ayuntamiento en el anterior mandato, el 10% de las familias sufren pobreza energética y el 40% no pueden afrontar el coste de mantener su vivienda cálida en invierno. La cuestión no es baladí. Según el Observatorio de Pobreza Energética, en España se producen cerca de 24.000 muertes adicionales al año durante los meses fríos, de las cuales 7.000 son achacables a esta forma de pobreza.

300 ayudas de emergencia al año de Cruz Roja

Cada año, Cruz Roja financia unas 300 ayudas de emergencia para pago de suministros, en su caso, vinculadas al plan de empleo de la entidad. Desde el 2012, «la demanda de estas ayudas se mantiene estable», afirma Córdoba, «no ha habido mejoría desde que empezó la crisis hasta ahora». Según su experiencia, «en las familias con escasos recursos, se prioriza las necesidades de los menores si los hay y luego el vestido y la alimentación, quedando en tercer lugar el pago de suministros básicos como luz y agua y, por último, el alquiler o hipoteca». Cuando el presupuesto mensual se agota antes de llegar al tercer escalón, el problema está servido y es cuando las familias acuden desesperadas en busca de ayuda al Ayuntamiento y a las entidades sociales.

Ayudas municipales destinadas a pago de suministros

El área de Servicios Sociales del Ayuntamiento, según la concejala del área, Eva Timoteo, abonó 763 ayudas de emergencia para familias, destinadas a pago de suministros, y este año, hasta finales de octubre, se han abonado 527, por lo que se estima que no va a haber grandes cambios al cierre del año. Lo que sí se observa es que las peticiones no solo vienen de los tres barrios más desfavorecidos de la ciudad (Sur, Palmeras y Moreras) sino de otras zonas como Poniente Sur o Fuensanta. Según Timoteo, las ayudas para suministros representan el 40% del presupuesto de ayudas de emergencia, que asciende a 1,1 millones de euros anuales.

Estas ayudas se aplican a partir de un aviso de corte, que Endesa envía cuando se acumulan varias facturas. Según la concejala, «se negocia la deuda con la compañía y se prorratea el pago según la capacidad económica de las familias, de forma que Servicios Sociales se hace cargo de una parte y los usuarios de otra, «siempre que el consumo sea razonable», detalla, «en función del número de personas que vivan en el domicilio». El anterior gobierno municipal, según la concejala Amparo Pernichi, intentó firmar un convenio con Endesa para ofrecer subvenciones sociales a los clientes vulnerables, «pero no fue posible porque la compañía no quería aportar nada».

Lola y su hija, unas cordobesas que sufren pobreza energética en su casa.

22.582 hogares que tienen concedido el bono social en Córdoba

Muchas de las familias que sufren la pobreza energética disponen del bono social que concede el Gobierno y que se tramita de forma gratuita a través de las comercializadoras eléctricas, que se encargan de recoger la documentación y enviarla para su aprobación. Es requisito imprescindible tener contratada la tarifa eléctrica PVPC (con o sin discriminación horaria) y una potencia igual o inferior a 10 kW en la vivienda habitual. Según fuentes de Endesa, en la provincia de Córdoba hay 22.582 hogares que tienen concedido el bono social, lo que representa el 6,6% de hogares cordobeses. De esos, 11.729 son considerados clientes vulnerables y 10.853, vulnerables severos. Los hogares vulnerables tienen derecho a un descuento del 25% y los vulnerables severos, al 40%. La asignación a una categoría u otra depende de la renta familiar, salvo en las familias numerosas, que tienen derecho al 25% de descuento en todos los casos.