El consejo rector del Instituto Municipal de Deportes de Córdoba (Imdeco) decidió ayer que sea el Pleno el que determine finalmente si se indemniza a las salas de barrio. Estas compensaciones se derivan de la rescisión de mutuo acuerdo de los contratos que el Imdeco quiere firmar con los clubs deportivos que gestionan dichas salas. El Imdeco ha decidido poner fin a estos contratos después de que el Tribunal de Cuentas abriera una causa para investigar si el Consistorio cometió un delito de responsabilidad contable por alcance al conceder ayudas a las salas para compensar el desequilibrio financiero derivado de cobrar precios populares.

El camino iniciado por el Imdeco --con la rescisión de los contratos y la aprobación de contratos-puente a partir del 1 de julio con las mismas concesionarias hasta las adjudicaciones definitivas-- no ha variado, pese a que la delegada instructora del Tribunal de Cuentas considerara la semana pasada en su acta de liquidación provisional que no hubo delito, por lo que es muy probable que se archive la causa. Fuentes judiciales consideran que la instructora deja claro que no era preciso anular los contratos y que sería posible seguir manteniendo el modelo que había hasta la caducidad natural de dichos contratos.

A FAVOR DE PAGAR // En el consejo rector de ayer, PSOE, IU y Ganemos votaron a favor de que se concedan dichas indemnizaciones, que ascienden a unos 300.000 euros. También el representante del Consejo del Movimiento Ciudadano, mientras que el resto de los consejeros, incluido el representante de la Junta, se abstuvieron. Tampoco contó el presidente del Imdeco, el socialista Antonio Rojas, con el voto del consejero de la Diputación (pese a ser de su mismo partido), ya que no asistió al consejo rector, aunque el miércoles se pospuso este punto para que todos los miembros dispusieran de tiempo para leer los informes.

El voto a favor del pago quedó supeditado al dictamen del pleno del día 15 después de que el interventor delegado expresara sus dudas sobre si el reparo realizado por Intervención al pago de esta partida debía levantarlo el consejo rector, el presidente del Imdeco o el Pleno. El primer teniente de alcalde, Pedro García, consejero del Imdeco por IU, fue el que propuso, ante las dudas y por la importancia de la decisión, llevarlo al Pleno.

El consejero del PP, José Luis Moreno, por su parte, justificó su abstención por «la extrema y caótica situación a la que se ha llevado a los concesionarios», si bien consideró que la solución del Imdeco «no es la más acertada ni en el fondo ni en la forma», en alusión a los dos informes contrarios al pago de las indemnizaciones (el de Intervención y el del titular del órgano asesor de la junta de gobierno local), y lamentó «la falta de transparencia» que ha habido en el proceso. Pese a todo, el PP se abstuvo porque para ellos lo importante es que «las salas no cierren, que se pueda subrogar al personal y que se garantice la pervivencia de los clubs».

LOS CLUBS, EXPECTANTES // Mientras esto ocurre, los seis clubs deportivos que gestionan las ocho salas de barrio esperan con nerviosismo la decisión del Ayuntamiento. Desde enero, los clubs sobre los que se sostiene el deporte base desde hace 25 años (todo lo demás es privado) mantienen a pulmón el servicio (la Intervención desautorizó el pago de ayudas desde el 1 de enero y a algunos se les adeudan facturas del 2017) y, sobre todo, con mucha incertidumbre sobre su futuro (aún no han pasado por el consejo rector los pliegos de los contratos-puente que deben entrar en vigor a partir del 1 de julio). Esta incertidumbre provoca, además, que los gestores no sepan qué hacer respecto a los contratos de seguros, calderas, extintores o telefonía más allá del 31 de junio, fecha en la que se deben rescindir los actuales contratos. Los clubs Adecor, Adeba, Apademar, Trotacalles, Solypro y Adesal emplean a unos 50 trabajadores y dan servicio a 5.000 usuarios y unos 1.200 deportistas, sin contar con los miles de cordobeses que acuden en verano a las piscinas de la Fuensanta y el Santuario. «Todo esto es lo que está en juego, y desde que comenzó el conflicto hemos notado una bajada de usuarios, porque muchos dudan de si las salas continuarán abiertas», lamentó ayer Tomás Ruano, del club Adecor.