El plan municipal para la transformación social de zonas desfavorecidas de la ciudad como las Palmeras, Moreras y el distrito sur echa a andar con la firma del convenio entre el Ayuntamiento y la Universidad Loyola que tuvo lugar ayer. El alcalde, José María Bellido; el rector de la Loyola, Gabriel Pérez Alcalá; y la delegada municipal de Servicios Sociales, Eva Timoteo, han rubricado este miércoles el acuerdo que permite invertir 250.000 euros en acciones que contribuyan a esa metamorfosis y para las que se contratarán a personas y entidades de esos tres barrios.

La Universidad Loyola se encargará de seleccionar a vecinos de las Palmeras, Moreras y el distrito sur para formarlos y para que después, a su vez, se conviertan en «formadores de otros», tal y como indica Eva Timoteo, que asegura que el plan «priorizará la contratación de personas y entidades de los propios barrios» para la ejecución de las acciones a las que se dedicarán los 250.000 euros. El convenio tiene una vigencia de quince meses y sus cálculos son que tendrá un impacto directo en más de 1.000 personas, «que estarán comprometidas en los equipos motores y en los grupos de monitorización». «Los vecinos no serán el público que sale de vez en cuando a participar en la obra, sino que serán los actores protagonistas de su propia transformación social», concreta Timoteo.

La primera mesa de trabajo empezará en enero y en ella el Ayuntamiento y la Universidad Loyola quieren contar con el compromiso de otras instituciones como la UCO. Además, y según Timoteo, se trabajará «en conjunción con la Estrategia Eracis» (Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inclusión Social). De esas tareas saldrán las medidas concretas que se llevarán a cabo. Timoteo avanza que esas medidas van en la línea de trabajar «en educación, formación para el empleo, prevención de la violencia y mejora de la convivencia, costumbres, salud, diversidad y respeto al entorno urbano».

La concejala incide en que la pretensión es que no ocurra como con otras intervenciones puntuales que se han llevado a cabo en los barrios, con las que «se ha conseguido que haya personas que prosperan pero, en cuanto eso ocurre, salen de allí». Ahora, sin embargo, «con los equipos motores integrados por residentes se busca que contagien las ganas de trabajar para cambiar el barrio».

Para llegar a este punto ha hecho falta un año, según ha recordado el alcalde, que subraya que ha sido un «proceso laborioso» que ha desembocado, «por fin», en la firma del convenio que fue un «compromiso del gobierno local al completo». Según Bellido, este paso «supone el arranque de una apuesta seria y sólida por transformar las zonas más desfavorecidas» y «es la más importante actuación que se ha llevado a cabo para impulsar la transformación social de esos barrios y la vida» de los que residen allí. A su juicio, la fortaleza que tendrá el plan es que «las medidas van a surgir de los barrios» y van a «estar protagonizadas por los vecinos y eso supone que la inversión de 250.000 euros para impulsar la transformación social tenga más garantía de éxito». Su intención es que, en la puesta en práctica de este plan, «nadie se quede atrás» y lograr una Córdoba «más integradora, inclusiva y social».

Por su parte, Gabriel Pérez Alcalá indica que la firma del convenio, que califica como «regalo de Reyes», «es un paso» pero «el importante empezará tras la Navidad», cuando se inicie la ejecución del proyecto.

Hace un año, el Ayuntamiento de Córdoba y la Universidad Loyola ya firmaron el protocolo de colaboración público-privada previo, en el que aún no se fijaba la inversión prevista en este plan.