El aeropuerto dará hoy otro pasito más en el camino emprendido hace más de una década, cuando comenzaron los trabajos para ampliar su pista. Estas obras acabaron hace más de siete años pero la pista no ha estado al 100% de rendimiento. Hace cuatro años y medio AENA habilitó una medida provisional para utilizar la totalidad de la pista, aunque había limitaciones para despegar y aterrizar. Esas restricciones operativas desaparecen hoy con la puesta en uso de la pista al completo, por lo que a partir de ahora se podrá despegar y aterrizar por cualquiera de las dos cabeceras. Aún así, hasta que no se estrene el servicio AFIS, no podrá haber vuelos comerciales.

Las obras para ampliar la pista comenzaron en el 2009 tras el derribo de 115 viviendas que fueron expropiadas. Con la remodelación, la pista ganó 670 metros más, 270 por la cabecera sur y 400 por la norte, por lo que, de tener 1.380, pasó a contar con 2.050. La nueva pista también es más ancha (pasó de 45 a 60 metros) y las dos calles de rodadura y la franja de seguridad cuentan con más espacio (de 1.500 por 150 metros, a 2.170 por 300). Con la obra, el campo de vuelo logró una anchura total de 300 metros con las franjas incluidas. El problema fue que, aunque AENA dio por finalizada la ampliación de la pista en el 2011, faltaban algunas tareas pendientes, entre ellas, el soterramiento de líneas de alta tensión, que se ha demorado. En julio del 2013, al ver que el soterramiento se retrasaba, AENA decidió aplicar una medida provisional, permitiendo despegar aeronaves por la cabecera 21 y aterrizar por la 03. En diciembre pasado, cuatro años y medio después de aquella solución y tras varias paralizaciones y reanudaciones de obra, el soterramiento culminó.

Al margen de los trabajos para el soterramiento, han sido necesarias otras tareas para desplazar el umbral de la cabecera de la pista hasta su ubicación definitiva, que se han estado llevando a cabo hasta ahora. Entre unas obras y otras, AENA ha invertido 6,5 millones (de los que 6,2 millones fueron para el soterramiento y 226.900 euros, para el resto).

Cuando hace más de una década Córdoba soñaba con un aeropuerto remodelado, había otras actuaciones previstas que no se han llevado a cabo. Asignaturas pendientes son la terminal, los hangares y la plataforma, que salieron a concurso entre el 2008 y 2009 y que nunca llegaron a adjudicarse. Con la crisis, esos proyectos pasaron a la historia. Sin embargo, hay otros necesarios que están a punto de llegar. Uno de ellos es la instalación del servicio AFIS, que solo necesita unos permisos para su puesta en uso, que devolverá los vuelos comerciales al aeropuerto, no permitidos desde abril del 2017. Ni Fomento ni AENA dan fecha para su estreno. Sigue faltando el plan de márketing prometido hace más de tres años por Fomento y anunciado en más de una ocasión para el próximo comité de coordinación aeroportuaria, para el que aún no hay fecha. De estos temas y de las nuevas perspectivas que se abren para el aeropuerto, que ha empezado a despertar el interés de distintas compañías (aunque, por ahora, solo para chárteres), quería hablar ayer el presidente de la Asociación de Organizadores de Congresos, Vicente Serrano, con la directora del aeropuerto, Sonia Martín, en la reunión que tenían programada y que, finalmente, no se celebró. La semana pasada, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, fue la que se reunió con la directora del aeropuerto. A partir de hoy, y a pesar de las tareas pendientes, se inicia un nuevo camino para el aeródromo cordobés.