Verano tras verano desde el año 1968 la piscina de El Fontanar ha sido un referente para miles de cordobeses. Sin embargo, este verano Hermandades del Trabajo, propietaria de las instalaciones, ha decidido cancelar la apertura de la piscina por sus diferencias con el Ayuntamiento. El problema surge cuando el Ayuntamiento requirió al Consejo Diocesano del Movimiento de Hermandades del Trabajo de Córdoba un montante de casi 52.000 euros correspondiente al impago del IBI urbano desde 1997 hasta el año 2000. Tras ser denegado el recurso que presentó dicha entidad, el área de Economía y Hacienda amenazó con el "embargo de bienes y derechos del deudor". El pago de la deuda del IBI por parte de las Hermandades con préstamos bancarios paralizó esa diligencia de embargo.

Hermandades del Trabajo ha llevado el caso a los tribunales, argumentando en su defensa que se trata de una entidad adscrita a la Iglesia Católica y que se acoge al concordato con la Santa Sede, razones que ya expuso en el recurso que presentó al Ayuntamiento y que ahora ha empleado para reclamar al gobierno municipal la devolución de esos casi 52.000 euros. El alto impuesto que han tenido que pagar Hermandades del Trabajo ha hecho que la piscina no fuese un negocio rentable, lo cual ha derivado en el cierre de la misma este verano. Por el momento esta decisión se ha cobrado una disminución de afiliados. Ya el año pasado desde la entidad se propuso la no apetura de la piscina para no continuar obteniendo pérdidas, pero tras atender una petición de la alcaldesa al final se optó por lo contrario y la gente pudo acudir a la piscina los meses de julio y agosto, según fuentes de la institución.

Para el año próximo, Hermandades va a estudiar adoptar una serie de medidas. Se piensa remodelar la infraestrucura de la piscina, disminuyendo el tamaño de las instalaciones, y también se pretende reducir el aforo para la asistencia de sólo los afiliados. Dichos proyectos reúnen varias incógnitas como la posiblidad de encontrarse durante las obras restos arqueológicos, presentes en solares colindantes, o la falta de tiempo para acabar esas obras antes de la próxima temporada de verano. También desde la entidad existe el miedo a una siempre posible recalificación de los terrenos de la zona.

Desde Hermandades del Trabajo se desea lograr para el verano siguiente la apertura de esta piscina con tanta tradición entre la clase obrera cordobesa y llegar a un buen acuerdo con las instituciones municipales.