Un grupo de mujeres feministas de Córdoba, agrupadas bajo el lema Maculadas sin remedio, y que defienden la exposición del mismo nombre, respondieron ayer a la pastoral del obispo señalando que no se sienten representadas por el prelado. «No creo que sea el obispo de ninguna de las mujeres que aquí estamos», señaló Elvira Pérez Yruela, en nombre del colectivo, y «encima nos sigue amenazando con lo mismo de siempre, que es una lucha entre Dios y Satanás».

Yruela añadió que lo que sí echan de menos las mujeres es que «alguna vez la Iglesia se ponga del lado de los perdedores», y se preguntan «por qué no se ha manifestado frente a la reacción de violencia que ha generado ese odio que se ha suscitado por parte de los partidos de derechas y que ha dado como resultado esa lesión tan importante sobre la obra». Elvira Pérez insiste en recordar «lo que pasó con las viñetas de Charlie Hebdo. Habría que pensarse muy mucho cuando se alienta el odio desde los sentimientos religiosos».

Perez Yruela hizo estas declaraciones tras la concentración celebrada a las puertas de la Diputación, en la que las asistentes entregaron escritos en el registro de la institución provincial pidiendo explicaciones a la presidencia por los hechos ocurridos, por la retirada del cuadro, por la seguridad del recinto y la denegación del espacio para una reunión de los colectivos feministas.

En concreto, el escrito registrado reclama un informe de las medidas de seguridad adoptadas por la integridad de la muestra, preguntan si la obra dañada volverá a la exposición, conforme a la voluntad de la autora, sobre si la Diputación «va a pronunciarse sobre la legitimidad del uso del espacio público utilizado por las artistas feministas» y un informe sobre la denegación del espacio solicitado por el colectivo para celebrar una asamblea. Por último ,preguntan si la Diputación ha recibido amenazas relacionadas con la exposición.

Además, Elvira Pérez fue la encargada de leer un comunicado en el que se condena el ataque sufrido por la obra Con flores a María, tanto por el daño material como por tratarse de una «agresión frontal contra el pensamiento feminista, contra las mujeres y la lucha que mantienen por su propia libertad». Asimismo, exigen en el comunicado a la presidencia de la Diputación que mantenga la exposición y «haga una defensa positiva y sin titubeos de su legitimidad y garantías de seguridad, tanto para la exposición como para las artistas que están sufriendo amenazas». Además, reclaman a todas las fuerzas «conservadoras que cesen los discursos de odio hacia el movimiento feminista».