"La preparación ha sido tan complicada que esperaba muchos problemas y, sin embargo, ha sido una de las que ha transcurrido con menos incidencias, estábamos tan tensos que nadie se ha salido de lo previsto". Alfonso Zamorano, vicerrector de Acceso y Programas de Movilidad y responsable de la organización de la selectividad de la Universidad de Córdoba, ha dado por finalizada la Pevau del covid-19 tras una última sesión de exámenes menos poblada que los días anteriores, en la que se han desarrollado once pruebas diferentes de asignaturas optativas para subir nota.

"Por fin vuelvo a respirar tranquilo", ha confesado Zamorano tras cerrar una Pevau que no solo han puesto a prueba al alumnado sino a los equipos docentes y a la propia institución, que ha tenido que improvisar una nueva estructura de sedes en Córdoba y provincia, para lo cual han contado con los directores de los institutos y los ayuntamientos como aliados. "Hemos tenido múltiples reuniones con los 38 responsables de las sedes y he de decir que todos se han esforzado por cumplir todas las exigencias de prevención y seguridad y garantizar el bienestar de los alumnos durante los exámenes", ha asegurado, "los pueblos se han portado fenomenal".

La respuesta de docentes y alumnos también ha estado a la altura. "Para los profesores, dar tantas opciones de preguntas supone una complejidad añadida a la hora de la corrección pero había que hacerlo para dar más opciones a los chavales después de los últimos meses", ha señalado Zamorano, que ha destacado que en general "el nivel de complejidad de los exámenes ha estado en la media de los últimos años, mostrando como ejemplo la variedad de los géneros y estilos de la prueba de comentario de texto o la gama de posibilidades del examen de Historia, que ha abarcado casi todas las épocas". En cuanto al de matemáticas, que ha despertado cierto malestar en el alumnado, el responsable de la Pevau ha asegurado que "los profesores me han dicho que el examen de Matemáticas era el más fácil en años".

En ese contexto y teniendo en cuenta la "especial sensibilidad" que se espera que tengan los profesores a la hora de corregir, la UCO no descarta que la nota media pueda subir algo respecto a otros años. "Luego están los que se han estudiado un tema o dos y se quejan porque justo no les ha tocado", bromea, "pero eso pasa todos los años".

El calor ha sido protagonista de esta edición de la Pevau, la más tardía, la más compleja y, al ser en pleno mes de julio, también la más calurosa, con temperaturas por encima de los 40 grados a la hora de los exámenes. "Una de las prioridades era contar con aulas con aire acondicionado, lo que ha hecho que en algunos pueblos en los que los institutos no tienen aire los exámenes se hayan celebrado en otros edificios", ha indicado el vicerrector, "y afortunadamente, ninguno se ha roto durante las pruebas". En cuanto al uso de las mascarillas, "todo el mundo ha cumplido", ha sentenciado, por más que una de las frases más repetidas en pasillos y en las aulas haya sido "súbete la mascarilla" por esa tendencia generalizada a dejar la nariz libre de ataduras.

Superada esta prueba, el próximo reto se aplaza a septiembre con el regreso masivo de alumnos universitarios a clase. La UCO ya se está preparando para reducir el aforo de las aulas y compaginar la enseñanza online y presencial, con sesiones en streaming por si fuera necesario. La nueva normalidad se impone. Abran paso.