Hace algo más de un mes que los trabajadores de Tanatorios de Córdoba organizaron un cortejo fúnebre con una decena de coches para mostrar su rechazo al proyecto del Ayuntamiento de abrir salas velatorio en el cementerio de San Rafael y ayer volvieron otra vez a la carga.

Sin abandonar el tema fúnebre con el objetivo de hacer el mayor ruido posible, esta vez organizaron un funeral encabezado por un carruaje de caballos que paseó un arca fúnebre por el centro de la ciudad seguido a pie por personal de la empresa, familiares y otros profesionales del sector. «¿Pero quién ha muerto?», se preguntaban curiosos los viandantes al paso de semejante comitiva, a la que daba respuesta una gran pancarta en la que se leía «Funeral por el empleo de los trabajadores de Tanatorios de Córdoba». Ante el comentario sobre lo «siniestro» de la protesta, los empleados contestaban con rotundidad: «Siniestro es lo que está haciendo el Ayuntamiento».

Una vez en la puerta del Ayuntamiento, el cortejo fúnebre, al que no le faltó ni un detalle, desde coronas de flores hasta marcha fúnebre a todo volumen, luto riguroso y ochenta rosas negras depositadas «como símbolo del empleo que va a destruir esta iniciativa», los trabajadores leyeron un manifiesto en el que reiteraron la intención de Tanatorios de Córdoba de «utilizar todas las armas a nuestro alcance para defender nuestro empleo y nuestro futuro».

También criticaron el intento de «trato de favor» de la Gerencia de Urbanismo al tratar de adelantar la concesión de licencia de obra para las salas, que ellos denominan «tanatorio». Dicha autorización que sigue pendiente.

Los trabajadores, que retrasaron el inicio del Pleno de ayer y pusieron acordes fúnebres desde el exterior a los últimos minutos del mismo, insisten en que el proyecto de salas de velatorio del Ayuntamiento es ilegal, por lo que aseguran que «no descartan» acudir a los tribunales.

Como es sabido, el proyecto municipal cuenta con el respaldo del resto de funerarias pequeñas de Córdoba, que a su vez acusan a Tanatorios de Córdoba de «monopolizar» el sector.