Los apartamentos turísticos de la capital han recibido durante los primeros cinco meses de este año un 6,31% más de viajeros que en los mismos meses del año anterior, así como se han incrementado las pernoctaciones en los mismos un 19,36%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, que publicó ayer la estadística de mayo en alojamientos extrahoteleros.

En contraste con estas cifras positivas, la provincia ha recibido en los cinco primeros meses de este año un 17,95% de turistas menos en este tipo de alojamientos que en el mismo periodo del año anterior. En mayo, el número de viajeros y pernoctaciones se mantiene prácticamente con una ligera variación respecto a mayo del 2017, ya que este pasado mes se han registrado 993 viajeros menos que en mayo del año anterior en la provincia.

Si el año pasado se alojaron en apartamentos turísticos de la provincia un total de 22.318 viajeros de enero a mayo, en los mismos meses de este año han sido 18.310. En lo que se refiere a pernoctaciones, mientras que en la capital en estos cinco meses se han incrementado un 19,36%, pasando de 30.051 en el 2017 a 35.869 este año, en la provincia ha descendido un 8,95%, pasando de 42.043 a 38.276. En cuanto al mes de mayo, se han producido 9.272 pernoctaciones en la provincia en apartamentos turísticos, que suponen 1.187 menos que en mayo del 2017.

Tanto para el presidente de Hostetur, Francisco de la Torre, como para el de Aehcor (Asociación de Empresarios de Hospedaje), Manuel Fragero, este aumento de viajeros y pernoctaciones se debe a que en la capital ha aumentado la oferta de este tipo de establecimientos legalizados, pasando de 4 o 5 en el 2017 a unos 10 o 12 este año. Fragero dijo que si baja en la provincia es «porque no tenemos buenas conexiones con la capital y no creamos un destino conjunto de toda la provincia». De la Torre señaló que se trata de un turismo familiar, que hace que suban las pernoctaciones, pero ambos coincidieron con el coordinador de Asento, Pedro Pablo Fernández, que aseguró que «hemos perdido la capacidad de controlar la estadística y de analizar la realidad turística, el poder que nos dan los datos, pues hay muchos alojamientos sin controlar».