Penúltimo día de patios. Penúltimas colas para participar en una fiesta única que no deja indiferentes a los que se acercan a conocerla o a revivirla. La avalancha de visitas, que se repitió durante todo el día y en todas las rutas, para apurar las horas finales de la edición de este año, que se cierra hoy, marcó la jornada del sábado, día en el que los recintos premiados fueron los favoritos para recrearse en las singularidades que los han hecho merecedores de los galardones. La temperatura, mucho más agradable que el fin de semana anterior, animaba a estar en la calle.

Desde antes de que abrieran sus puertas, había colas en San Basilio, sobre todo, en Martín de Roa 7, que ha logrado el primer premio en arquitectura antigua. Unos esperaban atraídos por el reclamo de haber sido considerado el mejor en su categoría; otros, por casualidad, y otros, dirigidos allí por el guía que les acompañaba. Precisamente por esa última circunstancia aguardaban «desde las diez» María Miranda y sus compañeros de viaje, que venían de excursión desde Mairena del Alcor (Sevilla).

Solo por cruzar el umbral merece la pena la espera. En ese patio de vecinos remozado hace casi una década por Vimcorsa, el color de las flores tenía una viveza especial. Uno de sus cuidadores, Juan Collado, cuenta el secreto: «Les doy un riego diario, las abono y las fumigo para evitar los insectos». Eso, unido al cariño que reciben, contribuye a realzar la belleza de este recinto que es uno de los más visitados. Enamorada de este patio y de otros está Graciela Bernardo, una argentina que pasa unos días en Córdoba pero que se quedaría aquí sin pensarlo. «Conozco todos los patios y, si por mí fuera, viviría aquí». Graciela bromea con el controlador de Martín de Roa 7, Dani García, que está acostumbrado a sus «colas kilométricas». García espera un fin de semana «movidito» que se toma con buen humor y con el deseo de que «la gente venga y se vaya contenta».

Colas en San Basilio para ver los patios de esa ruta. Foto: A.J. GONZÁLEZ

La bulla va a más

Conforme avanza la jornada, la bulla va a más en San Basilio. El presidente de los Amigos de los Patios, Miguel Ángel Roldán, explica que a media mañana estaba «colapsado». El patio de esta asociación, San Basilio 44, a las 12.00 horas había recibido ya 2.000 visitas y las perspectivas son que la afluencia siga así hasta el final, «es lo que toca». Aunque piensa que los premios están «bien dados», asevera que le han llegado «comentarios» de que hay personas «descontentas». En cualquier caso, cree que «hay patios que se merecen la mención especial», que ha quedado desierta.

En otra zona, Santa Marina, se repite la estampa, esta vez en el patio en el que ha recaído el segundo premio en arquitectura antigua, Marroquíes 6, donde los visitantes aguardan en una larga cola ansiosos de perderse en el laberinto coronado por sus legendarias buganvillas. Dentro es imposible dejar de inmortalizar rincones, escena que más se repite. Una de las cuidadoras más veteranas, Josefa Carbento, que confiesa que «no esperaba ningún premio este año», sonríe al oír uno de los comentarios más repetidos: «Está precioso». Precisamente porque «es uno de los más bonitos», fue el elegido por María Luisa González, de Jaén, para iniciar su ruta por los patios.

Cerca está Chaparro 3, segundo premio en arquitectura moderna. Uno de sus propietarios, José María Ruiz, está «contento» por el galardón y porque «es la tercera vez que nos dan el segundo». Allí residen seis familias «y cada una, a su manera, hace su aportación» para que el patio luzca sus encantos y esté «espectacular», como lo percibe Pilar Pinel, de Granada, que destaca «el trabajazo que tienen los patios para mantener la tradición». A Ruiz no le parece mal que la mención especial haya quedado desierta. «Es un premio que debe primar la singularidad y no se debe dar todos los años porque sí», señala.

El recorrido hasta el primer premio de arquitectura moderna, Pastora 2, está salpicado por recintos en los que las colas son la imagen más usual, hayan obtenido o no reconocimientos. Ocaña 19, por ejemplo, tenía gran trasiego. Ubicado junto a las Beatillas, donde había un espectáculo flamenco, su singularidad radica en mezclar flores y libros. «Los fondos de la editorial -Utopía- los estamos regalando», explica su cuidador, Ricardo González. El patio tuvo que cerrar «un momento» el viernes al caerse una visitante, que fue atendida por la ambulancia. «Nada grave», afirma, pero sí «aparatoso».

En Pastora 2 una pareja de Córdoba se recrea en los detalles que lo diferencian de otros. «Está muy bonito», asegura Ana González, que ha optado por empezar por ahí su ruta «porque es el primer premio». Otra pareja, esta vez de Asturias, se muestra encantada con el deleite para los sentidos que son los patios. «Es la primera vez que venimos y están muy bonitos», afirma Pablo González, que había recorrido ya Santa Marina y San Lorenzo y disfrutado de Viana. Lo que más le seduce es la combinación de flores y utensilios antiguos. Este patio tampoco se libra de las colas. «Al ser primer premio y fin de semana viene más gente», señala su controladora, Laura Alijo. Su cuidador, Rafael Barón, presidente de Claveles y Gitanillas, indica que desde el viernes, cuando se conocieron los galardonados, aumentaron las visitas. Hoy será la última oportunidad para verlos.