Nacido en Córdoba en 1961, Pedro Escribano Rodríguez tomó posesión como jefe de zona de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Córdoba el 24 de mayo. Escribano es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y pertenece al Cuerpo de Ingenieros de Canales, Caminos y Puertos del Estado desde 1987.

-¿Es preocupante la situación en la que se encuentran ya los embalses de la provincia tras el tercer año de sequía?

-Llevamos tres años de sequía y las reservas para el regadío ya se están agotando. Si se repite otro año seco ya no vamos a poder garantizar el riego completo y habría que aplicar recortes. Los abastecimientos para la población sí están garantizados para tres años en Córdoba. Si fuera seco el año, podrían entrar en situación de prealerta a finales del 2018. Estos últimos tres años han sido muy secos y la población no se ha visto afectada en el abastecimiento. Llevamos tres años con un ciclo seco, muy duro, en la cuenca. Teniendo en cuenta las estadísticas, lo más probable es que el nuevo año hidrológico sea lluvioso, pues el ciclo más largo de sequía ha sido de uno o dos años, salvo en los años noventa, que fue de 5. Cada diez años hay un ciclo seco más o menos intenso y éste es muy intenso. Y no podemos olvidar que la cuenca sigue teniendo un déficit histórico, por lo que deberíamos ir a cultivos menos demandantes de agua, como sucede con el olivar. En el Plan Hidrológico se promueve esa reconversión y el 45% de lo que se ahorra se lo puede quedar el que lo ha ahorrado para ampliar superficie.

-¿O para hacer una cesión a otro agricultor?

-El agua no se vende. La ley prevé cesiones de derecho que tienen siempre un carácter temporal. Te presto mi derecho porque no puedo utilizar en un determinado momento y puedes vender el derecho a otras zonas. Eso se está haciendo.

-Se ha creado una mesa del regadío en Córdoba. ¿Es posible dar más regadío en Córdoba como se está pidiendo?

-Dentro del Plan Hidrológico de demarcación hay dos elementos. Uno que, dentro del sistema de regulación general, está la limitación del convenio de La Breña y Arenoso. Si no estuviera esta limitación, no habría disponibilidad para dar riegos de primera categoría, es decir, con garantía de suministro en el tiempo. Podría haber riego de segunda categoría, en precario, como sucede en la zona del Guadajoz. El año que viene, posiblemente, no habrá riego extraordinario para este tipo de superficie en precario.

-¿Dónde se podría encontrar disponibilidad de agua, solo en el ahorro por la modernización o en los 20 hectómetros cúbicos de las EDAR?

-Esas aguas están utilizadas la mayor parte del año. El Plan Hidrológico abre esa válvula de escape y es el mejor sistema de depuración que es volver a reutilizar ese agua. Para la agricultura es abono. Va a haber un pulso competitivo por esos recursos de las EDAR y creo que se fomentará volúmenes concentrados, favorecerá a municipios donde no haya riegos y el interés social.

-La mesa del regadío habla de déficit histórico de Córdoba en el regadío respecto a otras provincias. ¿Por qué se produjo, porque no hubo demandas en su día o porque encontraron mayor respuesta política que en Córdoba?

-La mayor parte de la superficie de la Campiña cordobesa es un secano excelente. Excepto el Genil-Cabra, que se convirtió en regadío, no ha habido más iniciativas de ese tipo. La capacidad de regulación de los cauces que vienen por la Campiña está casi exprimida en el Guadajoz y no hay ningún otro cauce para suministrar agua de manera cercana, porque las distancias que hay entre el Genil, Guadalquivir o Guadajoz son grandes. Eso es lo que ha provocado que no se haya puesto regadío en esas superficies. En Jaén se pusieron muchas hectáreas de regadío en superficies con grandes desniveles. Están regando con menor dotación porque no se pueden permitir el coste de elevación del agua. La limitación está siendo económica y no de dotación. En Córdoba, no se han incluido riegos en la Sierra porque falta suelo y la Campiña está lejos de los cauces. El riego está concentrado en los valles del Genil, del Guadajoz y del Guadalquivir, que es donde hay agua. De ahí que haya menos riegos en Córdoba con respecto a otras provincias como Sevilla o Jaén.

-¿Hoy es imposible pensar en una agricultura competitiva, de futuro, sin regadío?

-Lo que pasa es que el crecimiento del regadío tiene límites para ser sostenible. Queda por aprovechar algo más los recursos de la Campiña, pero no cabe pensar en grandes obras de regulación en la Campiña, como sería incluir un embalse, porque no hay cauces potentes.

-¿Y el ahorro de la modernización no se podría aprovechar?

-Ese agua se está aprovechando y quien puede hacerlo es quien es titular de la explotación, según el Plan Hidrológico. Quien tenía varias concesiones se ha organizado en comunidad, que ahora es la titular y usa esos excedentes para agrandar esa superficie, incorporando nuevos comuneros.

-Hace unas semanas se produjo un vertido al Guadalquivir desde una balsa de Oleícola El Tejar. ¿Cuándo se conocerán los datos reales del vertido y que sanción se puede aplicar desde Confederación, al margen de la que decida la Junta de Andalucía?

-Estamos con la investigación previa. Todavía no se ha incoado el expediente. Hay un periodo de seis meses para este tipo de casos. El vertido, como poco, ha sido grave. La cuantificación de la sanción depende del daño, que sería de 150 euros por metro cúbico vertido. Estamos intentando evaluar cuánto ha sido el volumen vertido porque tenemos certeza de que fue mayor el vertido de lo que se dijo desde la empresa en una primera información.

-¿Hay que tomar más medidas preventivas para evitar situaciones como la ocurrida?

-Uno de los temas que hemos abordado con la Delegación de Medio Ambiente es que habría que revisar estas instalaciones para ver sus condiciones en el caso de accidentes, que siempre pueden ocurrir, y ver que ese accidente evite el riesgo contaminante. Habría que cambiar la reglamentación desde Agricultura y revisar esas instalaciones antiguas.

-Por cierto, ¿qué efectos están causando las especies invasoras en Córdoba?

-Se está viendo cómo combatir esas especies. El mejillón cebra está dando problemas. Tal vez menos de los que podrían dar porque no está siendo tan extenso su desarrollo como en el Ebro. Aquí tiene presencia en el Genil, ha conseguido aclimatarse en Iznájar, donde no hay una proliferación excesiva. Y también está en La Breña. Por ahora no se ha detectado más. Los embalses están monitorizados y controlados. Las medidas que ha habido de control de las embarcaciones parecen que están siendo eficaces, aunque no podemos hacer nada si se transmite a otros embalses por las aves.