Lo que ocurre en Cuevas de Altázar, y también en otras parcelaciones, es como el eterno retorno. Víctor López, que vive allí desde el año 1995, lo define muy bien. «Pasamos de la ilusión a estar nuevamente bloqueados» y así una y otra vez durante el tiempo que dura el «largo» proceso de legalización. López explica que «nuestra ilusión es llegar a acuerdos y que los problemas que van surgiendo se vayan resolviendo poco a poco con pasos legales». De esa manera, recuerda, «se aprobó en asamblea el proyecto de reparcelación», que después «quedó parado», y lo mismo ocurrió con el de urbanización. «Los vecinos no queremos que nos regalen nada porque hemos pagado todo, incluso el millón de euros del 10% de los aprovechamientos urbanísticos» y en una zona «en la que la renta per cápita es baja», asegura. Esto le lleva a decir que «estamos bloqueados por el Ayuntamiento y no por los vecinos», por lo que pide que «al menos nos dejen avanzar».

Víctor López tiene una parcela de 1.200 metros cuadrados, por la que ha pagado cerca de 4.000 en concepto del 10% de los aprovechamientos, y eso sin contar con la cuota que abonan desde el 2012 por la regularización. Este vecino asegura que «de golpe, no podemos hacer frente al dinero que hace falta para las obras de urbanización», que son necesarias porque tienen cuestiones pendientes como concluir la calle nueva que se ha abierto.