Los datos de paro, empleo y contratación del año 2016 siguen subrayando la difícil situación de las personas mayores de 45 años. En Córdoba, de los 76.788 desempleados registrados al cierre del 2016 por los servicios públicos de empleo, 34.487 de ellos (44,9% del total), pertenecían al grupo de edad entre 45 y 65 años. Casi la mitad. Pero, además, la salida de la crisis les está resultando más complicada: si el paro registrado para el conjunto de la población cordobesa bajó un 8,7% anual al cierre del 2016, para los mayores de 45 años este porcentaje de caída se quedó rozando el 4%, menos de la mitad, así que al brecha se agranda. A esto se añade que los que han encontrado ocupación son varones, con muy escasa representación femenina en este necesario reenganche al mercado de trabajo.

A esta situación negativa se añade el hecho de que el 58% de los desempleados de edades comprendidas entre los 45 y los 65 años llevan más de doce meses en esa situación, es decir, 20.012 cordobeses mayores de 45 años son parados de larga duración, tasa ligeramente inferior a la andaluza, cercana al 60%. El grupo de entre 45 y 65 años en Córdoba es de 219.500 personas, de las que 133.263 están afiliadas a la Seguridad Social.

Por segmentos de formación, en este grupo de edad la cifra de parados se redujo para todos los niveles con excepción de los más cualificados, es decir, los que tienen estudios superiores, los universitarios, entre los que hubo un incremento del 1% en la tasa. Los más afortunados a la hora de encontrar trabajo han sido los que tienen estudios secundarios.

Perfil de este grupo // El informe El Mercado de trabajo de las personas mayores de 45 años en Andalucía 2016, elaborado por el Observatorio Argos del Servicio Andaluz de Empleo, traza el perfil de la situación laboral de uno de los grupos de población que, ya antes de la crisis, y de forma muy acentuada durante los años de la recesión económica, ha tenido más dificultades para superar las situaciones de paro. Es verdad que, como recogen las cifras, ha sido un espectro de población más resistente al desempleo, pero los que han llegado a esta situación tienen muy difícil la salida. Encontrar un puesto de trabajo después de los 45 años se ha convertido en un empeño heroico. Hay programas de orientación profesionales destinados a impedir que estas personas tiren la toalla, pero solo el 15% de ellas han participado en estos itinerarios el año pasado.

El estudio señala que en Andalucía hay unos 2,2 millones de personas entre 45 y 65 años que suponen el 27% de la población potencialmente activa, es decir, que están en condiciones de trabajar. En Córdoba estamos hablando de 219.500 ciudadanos de ese grupo de población, un 27,73% de la población potencialmente activa. Muchos de ellos, principalmente mujeres, no se consideran incluidos en el grupo de población activa por estar sus vidas ligadas a las tareas del hogar.