Las medidas preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias para evitar el contagio del coronavirus y, en buena medida, también la suspensión de la actividad en los centros escolares han motivado que en estos días estén llegando más vecinos de lo habitual a las barriadas periféricas de Córdoba.

De este modo, el presidente del consejo de distrito de Trassierra, Juan Manuel Luque, que también representa a la periferia en el Consejo del Movimiento Ciudadano, explica que lo ha consultado con asociaciones vecinales de urbanizaciones «y todos estamos percibiendo que hay más caras nuevas, se están yendo a vivir allí».

En su opinión, «contamos con la ventaja de que tenemos una sierra a diez kilómetros de Córdoba y debemos aprovecharlo, es evidente que en esta situación, muchísimo más». Además, estima que «algo más de un 10% de la gente que vive en el núcleo urbano se podría ir a la periferia» en estos días, a lo que añade que estas zonas tienen «mucho que ofrecer a la gente que vive en Córdoba. ¿Quién no tiene un amigo o un cuñado que tiene una parcelita y se puede ir a vivir unos días?», se pregunta.

Juan Estévez, secretario del consejo de distrito de Trassierra y vecino de Las Jaras, comenta que «se ha notado la afluencia de personas que quizá no tienen obligaciones en Córdoba y allí pueden estar más resguardadas. Esta es una ventaja grandísima, allí se está aislado y no hay posibilidad de contagio».

De su parte, Juan Cruz, presidente de la asociación de vecinos de Siete Fincas, destaca que «aquí se está incrementando la presencia de gente» y admite que «he venido para refugiarme. No tenía pensamiento de estar aquí y me he venido. Tengo pensado no bajar hasta ver cómo va la situación».

Jerónimo Salazar, presidente de la asociación de vecinos Luis de Góngora de Trassierra, observa «bastantes más vehículos de lo habitual» y detalla a este periódico que «en el supermercado es donde se ve más ambiente, la gente está siendo disciplinada en general. No ha subido a Trassierra de vacaciones».

Por otro lado, en Alcolea, Teodoro Camacho, que es miembro del consejo de distrito y lo representa en el CMC, entiende que durante el fin de semana la gente «se viene a sus parcelas para quitarse un poco de las aglomeraciones». Sin embargo, el viernes pasado manifestaba que la barriada «ha estado sola, había muy poca gente en la calle», como se pudo apreciar, asimismo, en algunas de las principales vías del centro de la ciudad, donde apenas había tráfico y viandantes.

En cuanto a lo que está ocurriendo en otras zonas, el presidente del consejo de distrito de El Higuerón, José Rodríguez Maqueda, indica que, «posiblemente, esté sucediendo» esta llegada de más vecinos, «pero es muy difícil cuantificarlo, en El Higuerón hay muchas parcelaciones». No obstante, admite que «en el supermercado hay colas, cuando eso nunca ha sucedido, puede deberse a la gente de aquí y a esas personas que se pueden querer venir para estar más aisladas».

Un barrio que se abre

En el caso concreto de Trassierra, un paseo por sus calles permite corroborar que, efectivamente, algunos vecinos ya están percibiendo la llegada de habitantes que en las próximas semanas ocuparán sus segundas residencias para cumplir, en cierta medida, con las recomendaciones de Sanidad.

Gema Torres afirma que «todos mis conocidos, sobre todo, gente con niños, y gente que no viene habitualmente los fines de semana se van a subir». Así, en la puerta del supermercado Proxi señala que «hay más tráfico de lo habitual». En el interior del establecimiento, la encargada, María de los Ángeles Aranda, subraya que «estamos notando» una mayor afluencia de clientes y augura que la suspensión de las clases provocará que más personas se animen a trasladarse a esta barriada.

Sentada en una terraza, Belén Carrasco señala que «los que tienen casa aquí a lo mejor se vienen unos días, el fin de semana suele venir más gente». Por su parte, en un velador cercano el belga Frans Van Vaerenberg confirma que Trassierra «es más tranquilo, porque hay menos gente y menos riesgo» de contraer la Covid-19. Junto a Lut Jacobs, explica que viven desde hace alrededor de un año en esta barriada cordobesa y, acerca de la crisis generada por el coronavirus, detalla que en su país también se han cerrado bares y restaurantes.

Los negocios

La propietaria de la panadería El Candil, Paula Rodríguez, apunta que la expectativa sobre la llegada de más clientes le ha generado dudas sobre la adquisición de mercancía, haciendo referencia a las conversaciones entre vecinos en las que se barajaba la subida de nietos a Trassierra.

En su establecimiento, Javier Aguirre, hermano del consejero de Salud de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, subraya que en su familia toman la crisis sanitaria «muy en serio, con medidas muy restrictivas, porque nuestra madre tiene 89 años de edad». Preguntado por su situación, adelanta que «estoy recluido aquí y ya no bajo a Córdoba». En cuanto al impacto que el coronavirus ha tenido en su actividad económica, puntualiza que en el salón Bodega Plateros, del que es propietario, «se ha anulado toda la actividad y era el mejor mes que iba a tener» desde que está al frente de este negocio, hace cinco años.

Asimismo, la recomendación de evitar las aglomeraciones y el contacto físico con otras personas ha tenido malas consecuencias para su empresa de Dj Katmusic, especializada en celebraciones, en la que tenían programadas 28 bodas y se han cancelado todas, así como otros eventos.