Las obras de la Torre del Agua se encuentran paradas. El rascacielos de Córdoba, un bloque de 38 viviendas promovido en régimen de cooperativa con Cooviur Desarrollos como gestora, lleva varios días sin actividad. Según las fuentes consultadas, la empresa encargada de construir junto a la glorieta Amadora este edificio de viviendas, Teginser, ha decidido paralizar los trabajos. Según estas fuentes, la información transmitida a Cooviur ha sido que ha habido un cambio de accionariado y que los nuevos accionistas han mandado paralizar todas las edificaciones en las que está Teginser. En Córdoba hay otra obra que se ve afectada, una promoción de 123 viviendas que Metrovacesa promueve en el Zoco denominada Las Terrazas de Poniente y cuyo nivel de ejecución es más bajo. Fuentes conocedoras de lo ocurrido en la Torre del Agua explican que Cooviur está en conversaciones con Teginser para ver qué medidas tomar.

El grupo Perteo, al que pertenece Teginser, confirmó ayer a este periódico la paralización de las dos obras y explicó que el accionista mayoritario está estudiando la viabilidad de la empresa, negando que esta esté en concurso de acreedores. Estos interlocutores esperan que en unos días se conozca la determinación que van a tomar. Otras fuentes consultadas indican que Teginser dejó de pagar a sus proveedores, que son los que han decidido abandonar los trabajos, por lo que se ha quedado sin mano de obra. Cooviur, por su parte, estudia qué medidas tomar y su intención es finalizar la obra con esta constructora o con otra.

El complejo residencial cuenta con tres bloques, la Torre del Agua, Azud del Agua y Claro del Agua, cuya construcción encargó Cooviur a Teginser. De ellos, está acabado y con licencia de ocupación el Claro del Agua (41 pisos), mientras que el Azud (otros 41) está terminado y a la espera del permiso para ser habitado. De la Torre del Agua queda por ejecutar entre el 15% y el 20% y la totalidad de las viviendas (38) están vendidas. La torre empezó a construirse en abril del 2017 y se ha retrasado. La fecha barajada para acabar la obra era octubre.

El rascacielos diseñado por Rafael Castelló y Soledad García Domenech no ha tenido el camino fácil. La torre de 49 metros y 14 plantas acumula más de una década de historia. La empresa que la concibió en el 2006 fue ÑXXI, que tuvo que superar todos los obstáculos urbanísticos. Su idea era levantar un bloque destinado a oficinas y hotel que ocuparía el vértice de la parcela ubicada junto a la glorieta Amadora junto a otros dos más bajos a cada uno de sus lados. El proyecto fue presentado en el 2008 pero no llegó a ejecutarse. Era la Torre Ñ y sus sótanos se iniciaron pero quedaron parados. Antes de desaparecer en el 2010 ÑXXI, esta se replanteó el proyecto pero tampoco vio la luz. Más tarde, en el 2012, hubo otro intento, aunque con otra filosofía, de la mano de Cajamar. Sin embargo, no fue hasta el 2016 cuando fue presentada la Torre del Agua, un edificio de viviendas diferente por su diseño interior, ya que todos los pisos cuentan con piscina privada, y exterior, con jardines colgantes.