"El papel de la mujer en la alfarería ha sido secundario hasta ahora". Eso es, al menos, lo que sostiene Carmen del Río, quien precisa que mientras los trabajos de modelado en el torno solían recaer en los hombres, todo el proceso decorativo se reservaba para las esposas e hijas, que por las tardes remataban las piezas. "Pero hoy muchas mujeres alfareras dirigen sus negocios", afirma.