No fueron pocas las mujeres que llegaron a plantearle, asegura Mar Ávalos, secretaria de la Mujer en Comisiones Obreras (CCOO) de Córdoba, la idea de solicitar una baja por las dificultades que planteó el confinamiento para la conciliación del trabajo con la vida familiar. Pero lo que ellas necesitaban no era una baja, sino un permiso.

Tras un año marcado por la pandemia de covid-19, el Día Internacional de la Mujer (8M) llega con la necesidad de afrontar un escenario que, según CCOO y la Unión General de Trabajadores (UGT), ha supuesto un retroceso en materia de igualdad. Las consecuencias de la crisis económica generada por el coronavirus se encuentran en el punto de mira de colectivos feministas y sindicatos. Y señalan a la brecha salarial, al desempleo y a la conciliación entre trabajo y familia como principales barreras por superar.

Desempleo

El 2020 cerró en la provincia de Córdoba con 81.511 desempleados, de los cuales el 59,73% eran mujeres, según los datos de CCOO. El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), referente al cuarto trimestre del año pasado, sitúa al paro femenino en Córdoba por encima de la media nacional, en un 28% aproximadamente -frente al 18% en España-.

Además, como destaca CCOO, cuatro de cada 10 mujeres inactivas en la provincia se encuentran en tal situación por ocuparse de los cuidados familiares o del hogar. Solo 39 (8,8%) de las 442 excedencias registradas por el sindicato respecto a este motivo fueron solicitudes masculinas. «El confinamiento ha sido muy duro», asegura Mar Ávalos, secretaria de Mujer en la delegación provincial del sindicato. Y recuerda los primeros meses de la pandemia, con el peso de una situación insostenible y la sombra de la violencia machista.

Precariedad

Desde UGT apuntan al trabajo a tiempo parcial como un factor determinante en la precariedad del empleo. De hecho, el 74% de este tipo de contratos son firmados por mujeres, frente al 26% de los que corresponden a hombres. «Tenemos indicios de que la crisis se ha cebado con los trabajos y salarios más precarios, que normalmente son los más feminizados», señala Carmen Jurado, secretaria de Organización y Mujer de UGT Córdoba.

Por ello, desde el sindicato consideran necesario enfocar los esfuerzos a «un incremento sustancial del empleo de las mujeres y que sea un empleo de calidad, eliminando los elementos de precariedad e infravaloración que caracterizan el empleo femenino». En el foco, la segregación ocupacional, el acceso a puestos de responsabilidad, las desigualdades salariales y el reparto de la atención familiar.

Una de las principales causas por las que ha afectado en mayor medida a la parte femenina de la población la crisis es porque, como señalan los sindicatos, la destrucción de empleo o la reducción de horas de trabajo se ha centrado en los sectores más feminizados (la hostelería, el comercio y el sector servicios en general).

«Una consecuencia de esto son los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)», señalan desde UGT. Según las cifras aportadas, a nivel nacional las mujeres afectadas por este a lo largo de la pandemia fueron entre un 1% y un 3,5% más que los hombres. En Andalucía, en diciembre del 2020 hubo 15.072 mujeres y 12.868 hombres (una diferencia de 7,8 puntos).

Cuidadoras a domicilio

Mar Ávalos se indigna cuando piensa en las condiciones que muchas mujeres, trabajadoras del hogar, han tenido que soportar durante este último año. Especialmente, en los primeros meses de confinamiento. La arraigada contratación en negro -en muchos casos por no contar con papeles- las expuso al riesgo de llevar a cabo su labor sin justificante de movilidad y sin recursos, en muchos casos, de protección. Sin olvidar que muchas de ellas no entran, al no estar dadas de alta, en el proceso de vacunación.

Según datos de la empresa de recursos humanos Randstad y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el 90,4% del empleo doméstico en España resulta femenino. Por eso, desde UGT subrayan que se ha convertido en un sector «precario y vulnerable», agravado por «impagos, despidos y abusos». Y «cuando se profesionaliza el cuidado es en condiciones precarias, escasos salarios, horarios interminables con una fuerte carga física y mental». Con el covid, además, «ha empeorado enormemente» la situación.

Brecha salarial

Desde ambos sindicatos recalcan que la brecha salarial se mantiene en un 21,7% en la provincia. Y recuerda los recientes datos publicados por la Agencia Tributaria. Las cordobesas cobran 3.723 euros menos que los hombres de media al año. Y su salario se sitúa en 13.440 euros anuales. Al respecto, Carmen Jurado considera que el descenso de esta brecha (un 1%) ocurre a un ritmo «desesperante».

Desde UGT, destacan el crecimiento de la desigualdad a medida que se avanza en edad. En la franja correspondiente a las mujeres de 46 a 55 años, «la brecha asciende al 26% y se va hasta el 49% en el caso de las trabajadoras de más de 65 años», en contraste con el 14% en el que se sitúa la brecha salarial de los 26 a los 35 años de edad. De nuevo las ocupaciones vuelven a tener un papel relevante.

En el sueldo, como explica UGT, la agricultura y la ganadería son los sectores en los que más se amplifica esta diferencia de salarios, con un 46%. «Aunque las mujeres tienen un papel fundamental en las labores del campo, su reconocimiento salarial sigue siendo altamente discriminatorio», concluye el sindicato.