Las Palmeras no es solo uno de los cuatro barrios cordobeses que se sitúa entre los quince más pobres de España, como ha señalado un reciente informe del INE. Ni solo una de las tres zonas de Córdoba para la que la alcaldesa, Isabel Ambrosio, anunciaba el miércoles 20 de junio un «plan de transformación social» dotado con 4 millones de euros. Bien es cierto que Las Palmeras viene registrando tasas de paro de entorno al 70%, con unos índices de población sin estudios que supera el 80%. Pero Las Palmeras también es universitaria, no solo porque la Universidad de Córdoba (UCO) haya conveniado un proyecto de responsabilidad social específico para la zona, sino porque el barrio empieza a registrar sus primeros estudiantes universitarios y jóvenes que aspiran a acceder a la Universidad o continuar sus estudios más allá de la ESO.

Es el caso de jóvenes como Nuria Chacón Molina, de 23 años, que estudia tercer curso de Educación Primaria en el Centro de Magisterio Sagrado Corazón, adscrito a la UCO, que se suma a otros jóvenes residentes en este barrio que estudian, por ejemplo, Derecho o Ingeniería Civil. O Cristian Urbano Gutiérrez, de 21 años, que cursa un ciclo medio de FP de Auxiliar de Enfermería en el IES San Álvaro, como otros estudian un ciclo de Peluquería o acaban de terminar el Bachillerato y la selectividad (ahora Pevau) y comenzarán a estudiar en la Universidad el próximo curso.

Nuria y Cristian son ejemplos de estos estudiantes, que residen en Las Palmeras desde que nacieron. Nuria afirma que con «esfuerzo, constancia y apoyo de mi familia» consiguió acceder a la Universidad. Por su parte, Cristian no pudo sacarse inicialmente la Secundaria, «aunque luego me la saqué por adultos», y señala que para él «fue difícil» llegar a estudiar un ciclo medio. Dificultades para seguir estudiando con las que topan muchos jóvenes de este barrio, ya sea por la situación laboral y económica de sus familias o por los efectos del entorno social en el que viven.

Así, Nuria Chacón, que no recibe beca al ser hija única y trabajar sus padres -su madre es limpiadora y su padre conserje- recuerda que otras familias de la zona tienen más dificultades, aunque en su caso intenta llevar ingresos a casa. Actualmente, cubriendo una baja de dos meses en un aula matinal, donde «no gano una gran cantidad, pero de esta forma ayudo a mis padres a pagar las clases de idiomas, por ejemplo». Por su parte, Cristian Urbano, cuyo padre es vendedor de la ONCE y su madre trabaja en una empresa de limpieza, ha contado este curso con una beca.

Y es que en el caso de Las Palmeras las becas pueden ser determinantes para que estos jóvenes puedan continuar estudiando. Precisamente, para favorecer la promoción académica y la incorporación a la universidad de estudiantes de este barrio, la UCO aprobaba el pasado el citado convenio para un proyecto de responsabilidad social, junto a la Asociación Vecinal Unión y Esperanza de este barrio, por el que abrió una convocatoria de ayudas a la que se han presentado más de 30 solicitudes, que ahora están en proceso de estudio, según se indica desde la Universidad. En concreto, la UCO concederá tres ayudas de acompañamiento educativo para el próximo curso 2018-2019, prorrogables para el curso siguiente, de 350 euros mensuales de septiembre a junio para alumnos de Bachillerato, FP o segundo ciclo de la ESO que residan en este barrio. Para conceder estas ayudas se valorará «el compromiso familiar de apoyo a los estudiantes y el compromiso del propio alumno», entre otros criterios, según explica el presidente de la Asociación Unión y Esperanza, Luis Manuel Maya, mientras que la vicerrectora de Vida Universitaria y Responsabilidad Social de la UCO, Rosario Mérida, destaca que este proyecto «nos permite contribuir al progreso social, incorporando colectivos tradicionalmente alejados de los estudios universitarios».

Principales obstáculos

No en vano, a juicio de Nuria Chacón, los principales obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes de Las Palmeras a la hora de poder llegar a la universidad o continuar sus estudios tras el colegio «es la falta de motivación e ilusión, tener una meta clara en sus vidas porque no han tenido la oportunidad de pensarlo o nadie que les pueda informar sobre las diferentes oportunidades que hay para estudiar», aunque también en otros casos es la falta de apoyo económico «y por lo tanto no tienen otro remedio que dejar de estudiar y ponerse a trabajar». Además, para Cristian Urbano otro obstáculo es el entorno y «ellos mismos, ya que la mayoría no se interesa por poder seguir estudiando».

Respecto a las ayudas puestas en marcha por la UCO, ambos jóvenes resaltan que la idea les parece muy acertada. «Me gusta esta iniciativa -afirma Cristian- porque incide en que se pueda seguir estudiando», a la par que piensa que ayudas o mejoras en el transporte y profesores de apoyo podrían ser otras buenas medidas destinadas a estudiantes preuniversitarios y universitarios del barrio. De igual manera, ambos recuerdan que en Las Palmeras no hay ninguna biblioteca donde estudiar.

A los jóvenes que ven difícil ir a la universidad o seguir estudiando, Cristian les dice que «abran los ojos, y vean lo que sucede en el barrio, y que vean que estudiando tienen un futuro». «Si realmente quieren llegar a estudiar cualquier carrera, con esfuerzo y mucho trabajo todo se consigue. Que no se den por vencidos y luchen por sus sueños, porque no hay nada más gratificante el día de mañana que trabajar y vivir de lo que realmente te gusta», afirma Nuria. Son voces de jóvenes residentes en Las Palmeras.