El padre de la niña que recibió unos mensajes de Whatsapp de una compañera de colegio llamándola «guarra, puta, asquerosa» y la amenazaba si lloraba o contaba algo en el colegio, según ha podido constatar este periódico, respondió ayer muy indignado a la respuesta hecha pública por el centro escolar al que acude a diario su hija. «Se han limitado a apartar a mi hija y a vigilar que no se acerque a las otras, pero ni ha habido medidas disciplinarias como la expulsión, porque la autora de los mensajes no ha faltado a clase, ni ha habido alguna medida de conciliación para solucionar el conflicto, por eso no las pueden explicar», ha asegurado el progenitor, que afirma que desde el principio de curso ha habido conflictos entre su hija y otras dos niñas con «insultos y manipulación» que han pasado por el departamento de orientación sin ninguna consecuencia para la/las acosadoras. El padre de la menor insiste en que su único propósito a estas alturas es que su hija «salga de ese colegio, ya que es la única opción que dejan a las víctimas del acoso».

Según la documentación aportada por el padre, el tutor de la niña, «la persona responsable del seguimiento», ha contactado con él en tres ocasiones con mensajes que dicen más o menos esto: «He vuelto a hablar con su hija y me confirma que no ha ocurrido ningún incidente con el resto de compañeras en los últimos días» o «le he preguntado si hay alguna novedad respecto al caso y me comenta que todo va bien y que no ha ocurrido nada digno de mención». Según el afectado, «son ellos quienes deben estar pendientes, si pasa algo, dudo que ella lo diga».