La obra del Templo Romano va a un ritmo más lento del esperado y aún quedan bastantes tareas pendientes. La actuación, que ejecuta Arquepec y que permitirá pasear entre las columnas, empezó en julio del año pasado con un plazo de ejecución de cinco meses, pero en septiembre quedó parada un par de semanas cuando la adjudicataria solicitó una modificación del proyecto. Los trabajos se reanudaron y a final del año pasado, con motivo del buen ritmo que llevaban, el responsable municipal de Turismo, Pedro García, anunciaba su finalización para febrero, que no ha ocurrido. A lo largo de esta semana no ha habido movimiento, ya que, según las fuentes consultadas, la empresa está a la espera de material.

El Ayuntamiento debe adjudicar aún la reforma de la Torre de la Inquisición, que salió a concurso a primeros de año, y resolver el contrato con la adjudicataria de Regina, que renunció a la obra antes de iniciarla. El expediente está en fase de tramitación y necesita el informe del Consejo Consultivo. Después, hay que encargar la obra a otra empresa.