El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, presidió ayer la eucaristía en honor al Arcángel San Rafael Arcángel San Rafaelen la basílica del Juramento y ante cientos de fieles que se acercaron para honrar al Custodio de la ciudad. La solemne eucaristía estuvo concelebrada por miembros del Cabildo Catedral, contando con el acompañamiento musical del coro de la Catedral. El prelado, a lo largo de su homilía, pidió la protección de San Rafael para que las familias y los matrimonios puedan tener estabilidad y no olvidó a los jóvenes, «a veces en dificultades para poder fundar su propia familia».

Asimismo, se dirigió a los pobres en este sentido y señaló que «los más necesitados necesitan a Dio y nuestra ayuda», por eso reclamó que «no nos acostumbremos nunca a que los pobres son pobres y serán siempre pobres, porque podemos ayudarles a que dejen de serlo, sobre todo si se arbitra una política de justicia social».

La eucaristía contó con la presencia del alcalde de Córdoba, José María Bellido, y representantes de la Corporación municipal, parlamentarios regionales y nacionales y el delegado en Córdoba de la Junta de Andalucía.

Autoridades, en las primeras filas. Foto: MANUEL MURILLO

Clausura del año jubilar

Ya por la tarde, el obispo clausuró el Año Jubilar que la Diócesis de Córdoba ha vivido en torno al Sagrado Corazón de Jesús, en una celebración eucarística que tuvo lugar ayer a los pies del monumento dedicado al Sagrado Corazón de Jesús en las Ermitas y a la que asistieron cientos de fieles.

El prelado recordó que precisamente en la fiesta de San Rafael, hace noventa años, «nuestros antepasados subieron hasta este monte porque se había construido este gran monumento al Sagrado Corazón de Jesús y ascendieron veinticinco mil personas».

Un lugar, las Ermitas, que durante el Año Jubilar, que ayer se clausuraba, ha recibido más de quince mil peregrinos y casi una treintena de actividades para dar a conocer esta devoción que bendice cada día a la ciudad.

Un momento de la celebración eucarística ante el monumento al Sagrado Corazón de las Ermitas. Foto: CHENCHO MARTÍNEZ

«Este monumento sigue bendiciendo a la ciudad de Córdoba y a todos sus habitantes, por lo que noventa años después volvemos a celebrar la eucaristía y a renovar nuestra consagración al Corazón de Jesús», señaló el obispo de la diócesis. Con este acto se puso fin a un intenso año de celebraciones en torno al Sagrado Corazón y cuyo momento álgido se vivió el pasado mes de junio con la procesión extraordinaria de la Virgen de los Dolores, el Arcángel San Rafael y el Sagrado Corazón de San Hipólito, cuyos pasos llegaron hasta la Catedral, donde se celebró un acto eucarístico.