El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, dijo ayer que el llamado «derecho a decidir», en relación al aborto, «no puede ejercerse cuando está en juego la vida de un sujeto humano, porque la decisión presionada por intereses egoístas, no respeta la vida y elimina al que estorba».

En su carta semanal, referida a la fiesta de la Encarnación del Señor en el seno virginal de María, que se celebra el 25 de marzo, día en torno al que los católicos celebran la Jornada por la vida, ha señalado que «la vida está amenazada constantemente, hoy más que nunca» y «Dios, autor y fuente de la vida, es amigo de la vida en todas sus fases, desde su concepción hasta su muerte natural», y encarga «a los humanos, hombres y mujeres, que cuidemos la vida en todas sus fases». Por eso, según Demetrio Fernández, no puede ejercerse el citado derecho a decidir, el cual, lamenta, significa que «millones de seres humanos» son «eliminados después de la concepción», ya sea «porque no interesan o porque estorban o porque se consideran simple material genético de laboratorio, descartable o no, a gusto del consumidor y del mercader».

El obispo de Córdoba recuerda las palabras del Papa Francisco en Amoris laetitia, 83), donde afirma que no «se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la posibilidad de tomar decisiones con respecto a esa vida». Fernández subraya en su carta que la vida «ha de ser acompañada y protegida, precisamente cuando es más frágil».