El decimotercero marqués de Villaseca, Eduardo Cabrera Muñoz, ha presentado un nuevo recurso en relación al convento de Santa Isabel de los Ángeles (Santa Marina) -que se convertirá en hotel- por la extracción e incineración de restos que había enterrados y que ya denunció hace un año. En el recurso de apelación que ha interpuesto ante la sala de lo penal de la Audiencia Provincial, el marqués reclama la revocación de las resoluciones dictadas hasta ahora y la continuación del procedimiento. Con este paso, recurre un auto del 17 de noviembre del 2017, que decreta el archivo de las diligencias previas al considerar que no constituyen infracción penal, y otro posterior, del 22 de enero de este año, que desestima el recurso presentado contra el primero.

El auto dictado por el Juzgado de Instrucción número 5 indicaba que «no se está planteando aquí un delito contra el patrimonio histórico» y que no resulta acreditado acto de tipo doloso. El juez considera que «ha quedado probado» que la exhumación de los restos se llevó a cabo «según el procedimiento habitual» y que solo bastaba la autorización de la persona más próxima, que fue la madre superiora.

El marqués, que ha vuelto a presentar documentación que acredita que en el convento hay enterrados antepasados suyos, afirma que el auto «está basado única y exclusivamente en la declaración de la investigada» (la abadesa) y que hay «pendientes de practicar numerosas diligencias». En este sentido, considera que «no debería bastar al juzgado para considerar acreditado que todos los restos eran de monjas no parientes del denunciante la mera afirmación de la investigada». El marqués insiste en que en octubre del 2016 se llevaron a cabo exhumaciones «sin identificar los restos» y denuncia que no ha quedado constatado que los operarios que llevaron a cabo la exhumación «tuvieran formación arqueológica o antropológica». Tampoco consta, indica, «solicitud de permiso alguno a ningún órgano con potestad sobre patrimonio histórico». Por ello, reclama el derecho a una investigación y dice no entender por qué se concluye que los restos eran de monjas «a pesar de insistir en que eran irreconocibles».