La doctora María José Requena Tapia, responsable del servicio de urología del hospital Reina Sofía, nació en en San José de la Rinconada (Sevilla), pero lleva vinculada al hospital cordobés desde 1982, donde ha desarrollado toda su trayectoria en la sanidad pública. Requena fue la primera mujer en dirigir un servicio de urología en España y es actualmente presidenta de la Asociación Andaluza de Urología. Requena estudió en la Facultad de Medicina de Sevilla. En 1982 comenzó la especialidad de urología en el Reina Sofía. En 1990 se doctoró por la Universidad de Córdoba, con sobresaliente cum laude, y en 1992 obtuvo el Board europeo de Urología. A lo largo de toda su vida laboral ha compaginado la labor asistencial con la investigación, siendo desde hace años investigadora del Imibic. Ha sido investigadora principal en el prototipo del robot quirúrgico Broca, impulsado desde Córdoba, así como en varios proyectos de investigación para la búsqueda de marcadores para cáncer vesical y de próstata, en colaboración con otros grupos del Imibic. Ha ejercido a su vez una actividad relevante en cirugía del trasplante de riñón y ha participado en la mayoría de injertos renales. Este año, el Reina Sofía celebra el 40 aniversario de la realización de su primer trasplante, que fue uno de riñón.

-¿Se siente apreciada por los pacientes?

-Sobre todo, siempre he sentido el respeto de los pacientes por conocer cómo mi opinión les importaba y les generaba confianza.

-¿Cuáles son los avances fundamentales que considera que se han logrado en el ámbito de la urología desde que usted se incorporó al hospital Reina Sofía y que también fueron posibles gracias a sus predecesores?

-Fundamentalmente el desarrollo de la cirugía endoscópica y laparoscópica en general (cirugía mínimamente invasiva). Se empezó con la cirugía percutánea de la litiasis (formación o presencia de cálculos o piedras en algún órgano del cuerpo), continuó con la litotricia extracorpórea (procedimiento médico que utiliza ondas de choque para romper cálculos). Después se implantó la laparoscopia con la incorporación posterior de la visión 3D. la introducción del material endoscópico flexible y recientemente se ha incorporado el robot Da Vinci.

-¿Qué supuso para usted ser la primera jefa de urología de un hospital español y qué camino cree que ha abierto a otras mujeres que han optado por hacer esta especialidad?

-Realmente no fui consciente hasta pasado el tiempo, cuando aparecieron otras mujeres en la dirección de servicios y me hablaban de sus dificultades para conseguir su espacio. Después fui dándome cuenta del techo de cristal que tenemos, sobre todo en sociedades científicas y en el mundo académico, que afortunadamente ha ido cambiando.

-¿Qué está suponiendo el uso de la cirugía robótica en esta especialidad?

-La robótica ha revolucionado la forma de llevar a cabo la cirugía en general, favoreciendo el desarrollo de la laparoscopia compleja y el acceso a los campos quirúrgicos difíciles. Ha democratizado la cirugía laparoscópica y con el desarrollo y la incorporación de la realidad virtual revolucionarán el aprendizaje y el hacer del cirujano.

-¿Cuántos profesionales forman parte de su unidad?

-Actualmente somos 15 médicos especialistas y 6 residentes, además de todo el personal de enfermería.

-¿Qué retos le quedan pendientes a la urología y espera ver conseguidos en lo que le queda de trayectoria laboral?

-El futuro de la urología lo enmarco en varios ámbitos: el desarrollo tecnológico que permitirá que casi toda la cirugía sea mínimamente invasiva, la innovación en el campo de imagen y la medicina personalizada en el tratamiento de los tumores genitourinarios, con el desarrollo de nuevos y mejores marcadores en el diagnóstico y en el pronóstico, así como el mejor conocimiento del mapa genético del cáncer.

-¿En el ámbito de la investigación en qué se encuentra ahora mismo participando?

-Estamos trabajando en la medición de la longitud telomérica (prueba para evaluar la edad biológica) como factor predictivo de padecer un cáncer de próstata significativo, en colaboración con una empresa externa en el mapa genético del cáncer vesical y en otros proyectos de desarrollo de robot quirúrgicos.

-Los especialistas que se forman en esta especialidad cada vez están mejor formados?

-Son residentes brillantes. Todos llegan tras haber superado una nota de corte muy alta para entrar en medicina y aprenden como esponjas. Nuestra sanidad publica en este momento tiene un lujo de profesionales.

-¿Por qué ha optado únicamente por dedicarse a la sanidad pública cuando podría haber sido un pilar importante para la privada por sus conocimientos?

-Por convicción, pero también lo he tenido fácil. Tal vez en otra situación personal habría actuado de otra manera.

-¿Se siente satisfecha de haber podido ser partícipe de los avances que se han producido en trasplante renal y del hecho de que el Reina Sofía haya cumplido ya este año el 40 aniversario del primer injerto de este tipo?

-Me gusta haber vivido tan de cerca esa historia. Cuando llegué al hospital se habían llevado a cabo apenas 30 trasplantes renales y he vivido día a día la historia de un esfuerzo colectivo de tantos profesionales que han hecho posible con su valentía lo que somos en el mundo del trasplante. Ahora todo es fácil porque las bases están puestas, pero los comienzos fueron duros. Se sabía poco de inmunosupresión, imagen, técnicas quirúrgicas o anestesia. Se han sumado una serie de avances para conseguir que todo sea una actividad más.

-¿Qué representa para usted el servicio de urología del Reina Sofía?

-Agradezco esta pregunta porque no quisiera acabar esta entrevista sin poner en valor a mis compañeros del servicio de urología, los de ahora y los que ya no están, todos y cada uno de ellos han aportado algo a lo que ahora somos, algunos confianza, otros técnica, capacidad innovadora, generosidad, buen hacer, compañerismo, rebeldía, inconformismo. La esencia de cada uno ha labrado el semblante de lo que ahora es la urología en Córdoba y todos ellos de alguna manera han colaborado a que se forje este premio.

-¿Le sorprendió haber formado parte de una lista de los cien mejores médicos de España elaborada por la revista ‘Forbes’?

-Me sorprendió muchísimo. No tengo ni idea de dónde salió esa apreciación ni cómo se genera esa lista. Seguramente todo eso sucede cuando se van cumpliendo años.

-¿Cómo valora haber sido elegida como Cordobesa del Año por parte del jurado de este premio que entrega Diario CÓRDOBA? ¿Se lo esperaba?

-He sentido un poco de vergüenza. No me lo esperaba y, por supuesto, me siento muy agradecida al jurado, a Diario CÓRDOBA y, en general, a la sociedad de Córdoba. Creo que este premio es un reconocimiento a una trayectoria profesional que he tenido la suerte de que sea valorada (muchos otros profesionales en el hospital Reina Sofía podrían ser merecedores) y es el fruto del trabajo de un equipo. Realmente el premio debería haber sido para todos ellos.