Francisco Hidalgo, natural de Posadas, se fue de Córdoba en el año 1974 con parte de su familia. Como tantos otros, emigraron por cuestiones laborales. Según relata, está viviendo con profunda preocupación la fragmentación que se está produciendo en la sociedad catalana, «algo contra lo que hemos luchado cuarenta años», señala, «independentistas frente a no independentistas». Su implicación pasada en la política (formó parte del primer Parlamento catalán con el PSA y ha sido durante años delegado de la Junta para las comunidades andaluzas) le ha permitido conocer el terreno de cerca. «Se está manipulando mucho, todos los que hablan en Cataluña están haciendo campaña a favor del sí, convenciendo o asustando al resto y el resto de la sociedad catalana permanece en silencio», señala convencido. Recuerda que quienes se atribuyen la representación mayoritaria en el Parlamento catalán «solo la tienen por la distribución de población, pero no porque hayan obtenido más votos que los no independentistas» y asegura que en muchos ámbitos está mal visto expresar en voz alta que se está en contra de la independencia. El 1 de octubre está cada vez más cerca y, en su opinión, «no habrá referéndum». Pase lo que pase, cree que «la fractura social será difícil que vuelva atrás», lo que hará que «una parte mire a la otra de reojo, separando a ‘nosotros’ de ‘los otros’».

Visto con perspectiva, considera que «el PP ha dado argumentos al independentismo por no ofrecer una postura conciliadora, con poca voluntad de diálogo» y le preocupa que, al final del procés, «los independentistas queden como unos mártires y que eso alimente a quienes no lo tienen claro».